Sin el IMSS, México sería un país con menos oportunidades, aseguró Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social, al subrayar que IMSS-Bienestar llegó para que cualquier mexicana o mexicano reciba atención médica, sin importar su condición económica, social o cultural.
Mientras que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum sostuvo que la defensa y fortalecimiento del IMSS es y seguirá siendo innegociable.
Al conmemorar los 80 años del IMSS, en la Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, Zoé Robledo recordó el método que utilizó para desarrollar su propia tesis de licenciatura en Ciencia Política, la historia contrafactual y, de la misma forma, reflexionó sobre la trayectoria de la institución.
“Partir de la pregunta: ‘¿Qué hubiera pasado si…?’. ¿Cuál hubiera sido el devenir la historia de una nación, de una sociedad, si un hecho hubiera tomado un curso distinto?”, dijo.
De esa manera, enlistó que en las Olimpiadas de México, de 1968, el ruso Vladimir Kosinsky hubiera ganado la medalla de oro en los 200 metros braza de natación; en 1988, el primer trasplante de corazón habría ocurrido en un hospital privado y probablemente con médicos extranjeros.
“En la Avenida Cuauhtémoc número 1330, donde estamos el día de hoy, quizá habría un centro comercial y en la Unidad Independencia se hubiera fundado un condominio residencial. Los investigadores mexicanos y latinoamericanos hubieran tenido que publicar siempre sus hallazgos quizá en The Lancet. Y en las campañas de vacunación a la población rural, ejércitos probablemente de Médicos Sin Fronteras hubieran llegado hasta esos últimos lugares”, bromeó.
Después remató que “afortunadamente hubo IMSS. Y el Tibio Muñoz ganó la medalla de oro y el doctor Rubén Argüero, que está aquí con nosotros, hizo el primer trasplante de corazón en México en el Centro Médico Nacional La Raza; y en 1962 se fundó la revista Archivos de Investigación Médica, la más importante de América Latina y los arquitectos Yáñez y Prieto, con sus obras, que son ya patrimonio arquitectónico de México y del mundo, fueron visitados y reconocidos y admirados por su belleza y también por su funcionalidad.
Zoé Robledo destacó que cuando el Seguro Social entró en operaciones, en 1944, tenía 207 empleados, una infraestructura médica de cinco sanatorios y una oficina rentada con 15 cubículos.
“La primera cuenta de cheques la aperturó con 100 mil pesos que alcanzaba para pagar solamente 15 meses de renta. Mientras que el área de investigación del IMSS inició en una bodega; la promoción al deporte, en una pequeña clínica en la Ciudad de México y los teatros del IMSS, en un pequeño cuarto de tiliches en la entrada de lo que sería el Teatro Xola”, señaló.
En su reflexión sobre la historia alterna, Robledo dijo que sin el IMSS habría menos conciencia en la población y el gobierno del valor social de la salud y la seguridad de los trabajadores.
Fuente: Milenio