Esta mañana, el ex presidente Donald Trump escribió desde su red social que ante “el sabotaje de los oleoductos Nord Stream”, Estados Unidos deberían ser “estratégicos e inteligentes”, asegurando que tanto Rusia como Ucrania “necesitan y quieren un acuerdo de negociación” y, ofreciendo sus servicios, pregunta “¿voy a encabezar el grupo?”.
Este miércoles igualmente comenzó a circular el volumen “Confidence Man” de la reportera de The New York Times, Maggie Haberman, en el que asegura que, como presidente, Donald Trump evaluó bombardear laboratorios de drogas en México, luego de que el subsecretario de Salud, Brett Giroir, le dijera que esas instalaciones debían ser tratadas poniendo “el plomo en el objetivo” para así detener el flujo de drogas ilícitas a Estados Unidos.
Recreando la escena, la reportera asegura que Trump “lo planteó varias veces y finalmente le preguntó a un atónito secretario de Defensa, Mark Esper, si Estados Unidos podría realmente bombardear los laboratorios”.
Personas presentes esa mañana dijeron a Haberman que Giroir solía acudir a las reuniones de la Oficina Oval vestido con uniforme de gala y que eso solía confundir a Trump, quien pensaba que estaba frente a un funcionario militar. Tras la equivocación, asistentes de Trump pidieron al subsecretario de salud que ya no vistiera de esa forma en sus citas con el presidente.
Ajeno al revuelo noticioso a raíz de las revelaciones aparecidas en “Confidence Man”, Donald Trump sugirió en su mensaje matutino que “el liderazgo estadunidense debe permanecer frío, tranquilo y seco”, luego de difundirse el problema de los gaseoductos en Europa.
También el día de hoy Joseph Borrell, Alto Representante para Asuntos Exteriores y Seguridad de la Unión Europea, confirmó que las fugas en el Nord Stream bajo el Mar Báltico “fueron el resultado de un acto deliberado”.
Desde el lunes se han hallado tres fugas separadas en los oleoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 que corre de Rusia a Alemania. “No es una coincidencia y nos afecta a todos”, reiteró Borrell en un comunicado emitido este miércoles. Sin ser muy claro en sus conceptos Trump escribió que “este es un gran evento (el presunto sabotaje) que no debería implicar una gran solución, al menos no todavía” y presumió que “la catástrofe de Rusia/Ucrania nunca debería haber ocurrido, y definitivamente no habría ocurrido si yo fuera presidente”.
Mientras tanto, Haberman, que lleva ya varios lustros cubriendo las actividades del republicano, desde que era desarrollador financiero en la Ciudad de Nueva York y quien entrevistó al ex presidente tres veces para este volumen, retrata en el mismo a un Trump alabando con frecuencia a Rusia y a su presidente, Vladimir Putin, y mofándose de sus asistentes cuando le reclamaron que haya comentado en Twitter una propuesta para una unidad cibernética conjunta con Rusia que habría “permitido a los rusos entrar en las investigaciones estadounidense sobre piratería”, según Haberman.
En otro capítulo del libro, a Trump no parece preocuparle mucho la etiqueta de “clasificado” en ciertos documentos, y sobre eso la escritora recuerda la vez que el expresidente compartió en Twitter una foto de una instalación militar iraní, acto que sus asistentes quisieron censurar pidiéndole que al menos quitara los detalles clasificados.
Pero como a Trump le gustaba cómo se veía la imagen la subió a la red completa bajo el argumento de que “si eliminas lo clasificado, le quitas la parte sexy”, según la reportera del The New York Times.
Hoy Donald Trump enfrenta varios problemas legales por su proclividad a despreciar la etiqueta “clasificado” de documentos oficiales. Y al mismo tiempo se muestra capaz y autorizado para llegar a un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, meta que ni la ONU ni otros líderes mundiales han alcanzado. “El mundo entero es una apuesta. ¿Voy a encabezar el grupo?”, preguntó en su mensaje el ex presidente.
Fuente: Milenio