Llevando de aplaudidor a la “inauguración” del aeropuerto Felipe Ángeles al mismísimo Presidente de la SCJN Arturo Zaldívar, dejando ver que al independiente Poder Judicial lo tiene de su lado, por no decir que a su servicio…
Y además haciendo evidente que al INE se lo pasa por el arco del triunfo, como lo patentizó con el discurso en Oaxaca -donde por cierto que no fue muy bien recibido- y se aventó directo al ruedo electoral…
Fortalece sin duda el consejo que les di a todos los candidatos de la oposición; pues dijo que “si llegan otras políticas pueden quitar los apoyos; así que hay que aprovecharlos”…
Pues bastará con que los candidatos declaren que no van a quitarlos, para contrarrestar la ofensiva. Y entonces el Presidente revirará: “no les hagan caso, ya saben cómo son de charlatanes” –aunque se muerda la lengua-. Pero así es el juego de la demagogia a la que llaman política…
Lo que sí de paso dejó bien claro con su discurso, es que está consciente que dentro de su propio Partido hay divisiones serias; pues agregó: “porque no sabemos qué nos depare el destino; aunque el nuevo gobierno pertenezca al mismo movimiento ya es una visión distinta”.
Cambiando de tema…
Terminada la Segunda Gran Guerra, Alemania quedó completamente destruida y además, endeudada. Pues como las guerras son por dinero, el monto, las condiciones y el tiempo durante el que debe pagar el derrotado, lo impone el vencedor. Son las llamadas Reparaciones de Guerra…
Que han existido desde siempre. Aparte del saqueo, ¡claro!, Roma era especialista en eso. En las dos primeras guerras contra Cartago, Roma les impuso pagos altísimos. En la 3era ya no, pues la destruyó completamente. No quedó nada…
Las Cruzadas -que fueron nueve- no crean ustedes amables lectores que fueron por reconquistar Tierra $anta, con ese cuento los embaucaron. Los Papas ofrecían indulgencia plenaria, es decir, visa para ir derechito al cielo, a quien mataba un musulmán. Pero en el fondo era la reconquista de la rica ruta de comercio…
Tan es así, que los Caballeros Templarios, pertenecientes a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón, más conocidos como Los Caballeros del Templo, establecieron sus fortificaciones de trecho en trecho sobre el camino entre Europa y Medio Oriente; y se enriquecieron enormemente con las caravanas que transitaban las mercancías…
En el fondo, como eran tan ricos, recurrieron al viejo truco de asesinarlos para quedarse con su lana. Para ello, Felipe IV de Francia (1268 – 1314) apodado “El Hermoso”; y el Papa Clemente V (1264 – 1314) en 1307 se pusieron de acuerdo para apresar a muchos Templarios, se calcula unos 15 mil, acusándolos de herejía por parte de la Inquisición francesa, los torturaron para que confesaran lo malos que eran y los quemaron vivos. En 1312 el mismo Clemente V -¡Clemente! que ironía- disolvió la Orden. Pero regresemos…
El caso es que hoy, a pesar de todo, Alemania es la nación más próspera de Europa y la que exporta más automóviles en el mundo; y todos sabemos de su capacidad y calidad. Y lo mismo sucede entre la China de hace 70 años y la de ahora…
Pues en ese mismo lapso de tiempo, a nuestro México, en lugar de hacerlo progresar en todos sentidos, lo han convertido en una nación atrasada de salvajes, donde la brutalidad y la saña de los crímenes que se cometen son de horror…
Como el que se acaba de ocurrir en Cosoleacaque, donde fueron asesinadas dentro de su domicilio Gladys Merlín Castro, quien fuera alcaldesa del Municipio y su hija Carla Enríquez Merlín, quien aspiraba a tener el mismo cargo en las próximas elecciones…
Lo peor es que aún no dan inicio formalmente las elecciones y todo indica que se repetirá lo de pasados comicios, donde los candidatos de diferentes partidos son eliminados de la competencia, quitándoles la vida. Y lo mejor es que a todo esto le llaman democracia…
Pero no todo son malas noticias, en Suecia, están prohibiendo los cubrebocas. Además de que el dengue ha disminuido grandemente, en Veracruz solo se han reportado cinco casos en lo que va del año; aunque las malas lenguas dicen que todo se lo cargan al Bicho; y ¡hombre! no hay derecho.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
Julio Ricardo Blanchet Cruz
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