Mtro. Edgard González Suárez
En días pasados leí una caratula de un portal que decía: Lydia Cacho vence a Mario Marín. ¿síntomas de un cambio?
En diciembre de 2005 la periodista Lydia Cacho fue detenida arbitrariamente en la ciudad de Cancún, supuestamente por los cargos de difamación y calumnias, cargos que presentó deliberadamente el empresario textilero de puebla Kamel Nacif.
La denuncia fue una consecuencia de la publicación del libro “Los demonios del Eden” donde se detalla la manera en que opera u operaba una banda de políticos y empresarios dedicados a la prostitución infantil, organizadas por un empresario turístico llamado Jean Succar Kuri.
Lydia presentó una demanda contra la policía judicial de Puebla y en contra de Mario Marín, y tuvieron que pasar 15 años y un cambio en la correlación de fuerzas políticas dentro del país, para que el “Gober precioso” finalmente fuera responsabilizado por esos actos.
Casi un año después de esa detención, se hicieron públicos los diálogos telefónicos entre Kamel y Mario Marín, hoy conocido como el “gober precioso” a propósito del “correctivo”, qué según expresión del propio Mario Marín, había aplicado a la periodista.
El dialogo muestra no solo la familiaridad y cuatismo entre Mario Marín y Kamel, sino la orquestación conjunta para detener y darle “un coscorrón” a esa “vieja cabrona”. Del dialogo se desprende que Kamel presentó denuncia por difamación y por supuesto se quejó con el entonces gobernador de Puebla y éste decidió darle una lección a la periodista. Kamel incluso le dice: “…yo le dije al Milenio (diario) pus al señor gobernador no le tembló la mano…yo te hable para darte las gracias, sé que te metí en un problema”. La conspiración empresario-gobernador quedó manifiesta. Y puso al descubierto la absoluta impunidad con que operaban los gobernadores priístas y el cerco político que le tenían montado a Vicente Fox, con el cual lo tuvieron acorralado durante su sexenio a cambio de impunidad y de los peores niveles de corrupción vistos en el país.
En marzo de 2006 Lydia Cacho presentó denuncia contra estos personajes por secuestro, tortura y vejación. El dialogo entre los íntimos amigos fue público, y se conoce por su publicación en el diario la Jornada, en ese año precisamente. Lo relevante del caso, no es saber la complicidad e impunidad con que operan, hasta el día de hoy, empresarios y políticos; no es novedad saber que hay una conspiración para detener, incluso asesinar a periodistas “incomodos”; no es relevante tampoco conocer que el poder y la economía tienen secuestrada a la justicia y a los tribunales. Eso lo sabe el país entero.
Lo relevante hoy es saber: ¿que cambió’, ¿qué sucedió?, ¿cómo se ha debilitado esa alianza de políticos y empresarios tanto del PRI como del PAN?
Desde el principio se supo que la filtración de los audios se hizo desde dentro del mismo gobierno de Puebla, y todos apuestan a que los propios servicios de inteligencia de la Gobernación de ese tiempo, autorizó y desplegó los recursos necesarios para evidenciar a quienes tenían el poder en Puebla, y participaban de esas “fiestecitas” con niñas en las aguas de Cancún. Es decir, “Los demonios de Eden” lejos de procurar justicia para niñas, menores y la periodista, sirvió para ajustar cuentas entre los partidos rivales que se disputaban el poder en ese momento: el año 2006 es el año de la llegada de Calderón a la Presidencia, y obligaron al PRI a sumarse a la imposición de Calderón.
15 años después, una correlación distinta al frente del Gobierno Federal, no solo ejecuta las ordenes de aprensión, sino todo parece, sino no hay nuevas componendas que los carniceros de ayer se pueden convertir en las reses de hoy.
