Edgard González Suárez
El 28 de febrero pasado se llevó a cabo quizá una de las más desastrosas conversaciones públicas entre dos mandatarios en la Casa Blanca. ¿Fue un montaje o hubo algo de realidad? En medio de un carrusel previo de visitas a la Casa Blanca, el presidente Trump recibió el 22 de febrero a Andrzej Duda de Polonia, día 24 a Emmanuel Macrón, presidente francés, el 26 de febrero al primer ministro británico Keir Starmer, y finalmente a Volodomir Zelensky el día 28 de febrero.
Todos, decidieron intentar convencer a Trump de que su plan de paz para Ucrania sin Ucrania era un error. Todos, fueron de una u otra manera, a presentar su propia versión del plan de paz y sobre todo a dejar claro que Europa no puede quedar a expensas del poderío ruso, ni fuera de las conversaciones de paz y, mucho menos, dejar indefensa a Ucrania, y sin consecuencias para Vladimir Putin.
Trump y su equipo, intentaron convencer a los europeos de que las negociaciones iniciadas con Putin, desde el primer día de su toma de protesta, son la mejor salida hacia la Paz. Sin embargo, parece que esta línea no la comparten claramente los europeos.
El viernes 28 parecía que ese carrusel llegaría a su fin con la firma de Zelensky de los acuerdos, sobre las tierras raras, que los estados unidos pretenden hacer firmar a Zelensky a cambio de los 350 mil millones de dólares que según dice Trump, le han sido entregados al régimen de Zelensky en armas, material bélico, ayudas y demás.
Pero, para des fortuna de todos, -¿en serio tomaron por sorpresa a la Casa Blanca?- en una mini conferencia de prensa en la sala Oval. Frente a frente, Zelensky (solo) frente a Trump, JD Vance, Marco Rubio, el secretario de defensa, secretarios y funcionarios de inteligencia, una veintena de reporteros escogidos, representantes de ambas delegaciones, micrófonos y cámaras “encerraron” a Zelensky y éste cayó en la provocación y todo pareció volar por los aires.
En una conferencia, que llegó a gritos, interrupciones y manoteos, Zelensky -yo soy de esa opinión- fue provocado para presentarlo ante el mundo como un ser descontrolado, irrespetuoso, proclive a continuar la guerra y para colmo pedigüeño de los apoyos financieros de los estados unidos.
A mi no me cabe duda de que todo fue preparado, fue montado, me refiero a la encerrona, en donde se preveía que el presidente ucraniano, presentara sus objeciones, su visión distinta de la de los americanos, sobre el futuro de Ucrania y de la región, sus sentimientos antirrusos, etc. Lo que tal vez no esperaban es que Zelensky “perdiera los estribos”, así como lo hizo, es decir, perdiera el control del caballo sobre el que iba montado, e irremediablemente salto por los aires sin control y con descompostura. Ese descontrol hizo exasperar también a Trump y a JD Vance, llegando incluso a exigirle ser agradecido con el pueblo norteamericano que financió su fracasada guerra.
Ahora, Europa ha tenido que salir eufórica apoyar a Zelensky, incluso al grado de presentar un Plan de Paz alternativo al de Trump. Hasta el día ayer, los lideres europeos, habían manifestado su apoyo total a Ucrania y brindar ayudas para garantizar la seguridad de ese país y Europa, en caso de un cese al fuego y el fin de la guerra.
Sin embargo, recordemos que Trump señaló insistentemente, en esa caótica conferencia en la sala oval, que Ucrania no tenía cartas para jugar, sin ellos -los gringos- Ucrania no tiene nada, con ellos -los EEUU-. Ucrania tiene cartas, dijo Trump. Si esa es la información que tiene el presidente norteamericano entonces Ucrania podría quedar aislada, su presidente arrinconado en su propio país, y sufriendo el desgaste de un aislamiento político y militar al que lo puede someter el gobierno norteamericano. A mí, No me queda claro si pasará a la historia como el presidente que luchó contra las duras imposiciones a que lo obliga el imperio americano, o como el presidente que quería una guerra, que no podía ganar, y comprometió a su juventud a morir en el campo de batalla.
La encerrona en la sala oval obligó a Europa a formar un bloque, muy débil y desunido, pero un bloque que mantiene la idea de que Rusia es un enemigo mortal y hay que detenerlo. Por ahora, no se ve en el horizonte un cambio en la línea seguida por Trump: fin de la guerra, territorios ganados por rusia imposible recuperarlos, tierras raras a cambio del dinero dado por la administración estadounidense, cambio de presidente en Ucrania, y acuerdos compartidos entre los estados unidos y ucrania para la reconstrucción del país.
Europa impávida y dividida, (Italia, Hungría, Bulgaria, Grecia, Eslovaquia), apoyan a Trump, y todas las extremas derechas en los países centro europeos también, es decir, como lo comentamos en una entrega anterior, Trump ha conseguido dividir a Europa y romper una alianza, que se ve ahora muy frágil y poco efectiva, entre Europa y Ucrania.
En medio del tenso encuentro entre Trump y Zelensky, el hombre naranja le espetó al ucraniano: “estas jugando con la tercera guerra mundial”. Y de seguir Europa la línea guerrerista, todos, ucranianos y europeos, estarán amagando a los Estados Unidos a Rusia y al mundo con la tercera guerra mundial.
Seguro se calmarán los ánimos, pero lo qué si se ve como seguro, es que probablemente, la guerra se extenderá y Zelensky no firmará la paz, lo hará su sucesor.
