Por: Jorge Luis Malpica Ortiz
La designación de los 20 finalistas para poder ocupar las cuatro vacantes a consejeros y consejeras electorales en el INE por parte del Comité de expertos evaluadores ha causado mucho revuelo y polémica porque la gran mayoría de ellos son personas cercanas al partido Morena y al propio círculo cercano del presidente López Obrador.
La estridencia en la opinión pública se ha hecho notar con epítetos como que van a ser el caballo de Troya del INE, o que de esta manera se va a apoderar de la institución la 4T, entre muchos de ellos. A ojos vista, se ve que fue un movimiento cargado por parte de este Comité de evaluación para favorecer a personajes cercanos al presidente (ojo, no todos los integrantes del Comité, dado que Maite Azuela, reconocida periodista y académica, se pronunció en contra de estas designaciones.)
Veamos quiénes son algunas y algunos de ellos. Bertha María Alcalde Luján, hermana de la Secretaria federal del Trabajo, Luisa María Alcalde, e hija de Bertha Luján, exdirigente del Consejo Nacional de Morena. Iulisca Zircey Bautista Arreola es esposa del subsecretario de Sedatu, Daniel Fajardo. La pareja Fajardo Bautista está muy ligada al secretario de gobernación, Adán Augusto López. Guadalupe Álvarez Rascón es hija de un senador de Morena, exgobernador priista de Tlaxcala: José Álvarez Lima.
Guadalupe Taddei Zavala es otra de las que aparece en la “quinteta dorada”. Es prima del delegado del gobierno federal en Sonora, Jorge Luis Taddei, y tía del director de la paraestatal LitioMx, Pablo Taddei. Jessica Jazibe Hernández García es identificada dentro del grupo de los Bejarano-Padierna. Fue jefa de Personal en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México.
Otros identificados cercanos a la 4T son Víctor Humberto Mejía Naranjo, gente deJosé Ramón López Beltrán, hijo del presidente López Obrador, así como Netzaí Sandoval Ballesteros, hermano de Irma Eréndira Sandoval, otrora secretaria de la Función Pública y hermano también del diputado federal de Morena, Pablo Amílcar Sandoval.
Por supuesto que gente tan abiertamente cercana a López Obrador genera incertidumbre y sospecha de que puedan ser parciales o, incluso, sometidos a la voluntad y al capricho del presidente. Sería muy lógico tener esta perspectiva; sin embargo, pensar que cuatro nuevos consejeros y consejeras, de las cuales una de ellas será la nueva presidenta del INE, se van a apoderar completamente de la institución es ingenuo por varias circunstancias.
En primera instancia, las decisiones que se toman en el INE son colegiadas, es decir, se pactan por mayoría de votos de los 11 consejeros electorales. El presidente del Instituto no puede tomar determinaciones de manera unipersonal ni arbitraria. Otro de los aspectos es conocer a fondo los complejos procedimientos que se llevan a cabo, lo cual les estaría dando a los nuevos consejeros una sustantiva desventaja por la falta de conocimientos que puedan llegar a tener en un inicio. Otro sería, contrario sensu, el enorme conocimiento que ya tienen muchos funcionarios de carrera, como es el caso del restituido secretario técnico, Edmundo Jacobo Molina, quien se quedará en el cargo hasta el 2026. Él mismo podría erigirse como nuevo contrapeso a las embestidas de Palacio Nacional, papel que hasta esta semana ha aguantado muy bien Lorenzo Córdova como presidente de la institución.
Y la clave en la defensa del INE para que estos consejeros y consejeras que vayan a designar los diputados no mermen el buen funcionamiento y la integridad de la institución, será la propia defensa que hagan los miles de funcionarios de carrera del INE en todo el país, con miras, de entrada, para preservar su trabajo ganado a pulso por sus conocimientos. Resultaría casi imposible creer que toda un estructura formada en treinta años va ser tomada por cuatro consejeros y consejeras que carecen de los conocimientos suficientes como para apoderarse de la institución. El INE, sus funcionarios y la ciudadanía que queremos que exista democracia y elecciones transparentes en nuestro país somos más que cuatro consejeros a modo. No hay que preocuparse por ello, tenemos que ocuparnos en mantener la lucha por la independencia del INE, por nuestras garantías y por nuestras libertades. Así que no hay que bajar la guardia.
