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Jersón, la manzana rusa envenenada

Edgard González Suárez

Hace apenas 15 días comentábamos aquí que con claros y al parecer nulos efectos propagandísticos, los ucranianos, con Zelensky al frente, en pantallas y en las calles de Jersón celebraban mediante videos, documentales, y escenificaciones, como el “indomable” y “poderoso” ejercito ucraniano habían obligado al ejército ruso a replegarse y entregar, sin condiciones, la estratégica ciudad de Jersón, al sur de Ucrania. Los medios controlados por la OTAN y los EEUU videograbaron -con tomas y poses a modo- como la población salía a festejar la expulsión de los rusos de la ciudad, y como los “valientes” e “indomables” soldados ucranianos habían “recuperado” Jersón, una zona que ellos definieron como el inicio del fin de la “invasión” soviética (sic).

Los corporativos mediáticos al servicio de la propaganda del mundo unipolar ayudaron a la celebración del pueblo ucraniano por haber conseguido una victoria indiscutible e irreversible del ejercito ucraniano sobre un descompuesto y descontrolado ejército ruso.

La propaganda aseguraba que era el inicio del fin, Zelensky, con sus ya chocantes impertinencias aseguraba que después de Jersón seguía Crimea. Hicieron fotografías y videos de como la gente salió a celebrar y colocar banderitas ucranianas en las calles, entrevistaron a los ciudadanos y ellos aseguraban estar junto a sus soldados y no dejarlos en la batalla nunca. Imágenes propagandísticas que quisieron recordar las escenificaciones ultranacionalistas organizadas por la embajada americana en la Euro plaza central de Kiev, mejor conocida como la revolución del Maidán en noviembre de 2013.

En el bando contrario, los rusos de manera sorpresiva, confusa y engañosa iniciaron el 9 de noviembre pasado la retirada y el repliegue de la ciudad de Jerson. Sin información adicional los mandos militares rusos sostuvieron frente a Vladimir Putín, que era una medida necesaria y estratégica para salvaguardar los suministros militares y la vida de miles de soldados que estarían en el frente de guerra.

Para algunos aliados y observadores prorrusos, la decisión del repliegue y abandonar Jersón, difícil de revertir, una cesión al enemigo sin luchar, sin pelear. Sostuvieron que eso solo era posible si efectivamente los rusos se habían dado cuenta de su inferioridad en el campo de batalla o de asumir tácitamente que perderían esa batalla.

Solo algunos observadores previeron que esa rara retirada rusa podría ser una manzana envenenada que le dejaban los rusos a los ucranianos, y que la verdadera batalla por Jersón, se daría con la llegada del invierno, para inmovilizar al ejército ucraniano, mientras y obligarlo a perder la mayor cantidad de su artillería, tanques y material de combate.

Y ahora apenas el pasado 26 de noviembre tanto CNN en español, el País, que son parte de los gabinetes de propaganda aliada, iniciaron sus actividades señalando que los ucranianos habían sido engañados, que la población carecía de lo mínimo, como agua, electricidad, cajeros, alimentos, combustible y lugares donde protegerse del invierno. Y ahora, se ven filas interminables de autos en las dos únicas vías por donde aún es posible transitar, con prácticamente el abandono de los ciudadanos de Jersón, aquellos que hace 15 días aseguraron que “nunca abandonarían a sus soldados en la batalla”. Al parecer, la salida de la población de Jersón fue una sugerencia del gobierno local, que ya no puede hacer frente a las demandas de apoyo a la población. Otros sugieren que es una iniciativa de los pobladores al verse ya de frente a uno de los factores más temidos en las guerras por aquellos lugares: el invierno

Otros más, no dejan de insistir que es una evacuación disfrazada organizada por el régimen de Kiev, para no reconocer, no solo sus imprudencias mediáticas, sino la ya muy evidente falta de pericia y de conocimiento estratégico de la guerra.

Los rusos organizaron la evacuación de mas del 90% de la población al lado izquierdo del rio Niéper, y volaron los puentes que conectan el lado izquierdo con el lado derecho, se quedó el 10% de la población para no “abandonar” nunca a sus soldados, y hoy después de intensos bombardeos en la zona y prácticamente la imposibilidad de poder vivir en la ciudad, los pobladores huyen en busca de zonas mejor acondicionadas.

La batalla de Jerson y el repliegue ruso serán recordados en los manuales de guerra como la manzana envenenada que el ejercito ruso le dejó en su escritorio a Zelensky.

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