Mtro. Edgard González Suárez
Hace algunas semanas atrás, decíamos que las fichas del tablero hacia la presidencia de la republica seguirían moviéndose, y que lo harían seguramente con más fuerza.
Ricardo Monreal, el actual coordinador de los senadores morenistas en la cámara alta, empieza a empujar fuerte las piezas del tablero, en torno al procedimiento interno para elegir candidato a la presidencia de la república. En un movimiento no precisamente sorpresivo, pero si, ahora ya, definitivo, propuso a su partido, la realización de elecciones primarias, y no las tan cuestionadas encuestas (que nadie sabe ni quien, ni cómo se realizan) que se hacen dentro de Morena, y donde ni los ganadores salen satisfechos.
En el marco del III informe de actividades de la senadora Maribel Villegas Canché, en una conferencia de prensa previa, en Chetumal, Quintana Roo. Este fin de semana pasado, Monreal se decidió, a mover ficha, y por el alcance del movimiento parece buscar directamente la caída de Dama y/o Alfil.
Con la retórica que lo caracteriza el senador morenista empieza hablar de las reglas del juego interno para buscar unidad, cohesión y coherencia institucional, al margen de deseos o intereses particulares. Clara y abiertamente señalo que las famosas encuestas han generado incertidumbre y desconfianza. Lo cual nos recuerda que ese partido no tiene una dirigencia salida de sus bases, sino de maniobras y encontronazos, como el protagonizado entre Muñoz Ledo y Mario delgado, en la muy reciente fase final para elegir presidente del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA.
En la conferencia aseguró que la propuesta de él y de sus seguidores, en el próximo Congreso Nacional, será la realización de elecciones primarias, ya que las encuestas como método están agotadas.
Si lo analizamos más detalladamente, Monreal exige que el método para elegir al candidato presidencial por MORENA, no sea el de las fichas o corcholatas del destapador; no sean los levantamientos de mano de los favoritos; no sean las fintas y engaños de encuestas manipuladas, sino un procedimiento interno, caro, pesado, pero legal y legítimo, que pone la cancha más pareja para todos los aspirantes.
Para mi es claro, la exigencia de unidad y democracia interna sería el lema de la campaña interna de los Monrealistas que estarían apuntando ese dardo envenenado al circuito de interés alrededor de Andrés Manuel López Obrador, y que le exigen no dejar pasar ni a Marcelo Ebrard ni mucho menos a Ricardo Monreal, le exigen que el portavoz y representante de MORENA en la presidencia debe ser una mujer, de izquierda, con talento e inteligencia, pero sobre todo formada en la obediencia y lealtad al Obradorismo.
Ya encarrilado, sin el tono, pero si envalentonado, Monreal sentenció: la elección interna de candidatos es quizá nuestro “talón de Aquiles” y el desafío mas importante para mantener la unidad del partido.
Y a Monreal no le sobran ni razones, ni verdades, desde la elección presidencial en 2018, las candidaturas morenistas fueron copadas por grupos de interés regionales, sectoriales y, sobre todo, por candidatos sin luces, y muchos otros, con más sombras que luces, que poco a poco han ido saltando a la vista.
Y para rematar, me parece que dejó una marca de fuete, no solo en López Obrador, sino en toda la militancia agrupada alrededor de la llamada 4T, cuando destacó: “Muchos venimos huyendo de otros partidos”. Es decir, MORENA tiene más o los mismos vicios que los demás partidos. “No queremos abandonar MORENA, por que soy fundador de MORENA, muchos de los que estamos aquí -en referencia a los testigos presenciales del acto en Chetumal- somos fundadores de MORENA, militantes de MORENA, aliados del presidente. Y lo único que deseamos es democratización interna. No estamos pidiendo nada menos y nada más”. En otras palabras, que la militancia decida NO el presidente.
