No deja de ser curioso que el esparcidor de virus López Gatell, actuando al igual que muchos otros contagiados -como los de la tuberculosis que, sabiendo que están infectados con el bacilo de Koch; o los sidosos, presas de VIH-…
En una especie de venganza a la vida, se dedican a contagiar a todos los que pueden. Los primeros contratándose en restaurantes y escupiendo en la comida; y los segundos, teniendo relaciones sexuales rectales, con quien pueden…
Lo que de paso corrobora que los enfermos piensan como enfermos…
Pues así, el citado López-Gatell, sabiéndose portador del Bicho de moda, anduvo paseándose por las calles y avenidas de la CDMX como si nada; además, acompañado de temeraria dama “N”, dispuesta a enfrentar al 19 a cambio de un poco de publicidad…
No así los vacacionistas playeros que lo desafiaron pero a cambio de un poco de sol y arena y libertad; inconscientes de que, pasando la $emana $anta, tal vez algunos de ellos morirán víctimas del chipotudo Bicho, según dice el susodicho propagador…
Por cierto que al Obi$po de Tamaulipas, Antonio González Sánchez, ya lo mandaron a la banca antes de tiempo -disfrazado de solicitud de renuncia al Papa- y todo por andar diciendo, en plena homilía dominical y en la catedral del Estado, que ¡el usar cubrebocas es no confiar en Dios!…
Pasando por alto que hay personas que tienen o dicen tener una fe ciega -lo que sin duda es un requisito indispensable para tener fe- porque si no se es invidente, como topo con cataratas y abre los ojos, dejaría de tenerla…
Y como la fe y la esperanza son más o menos lo mismo, es oportuno recordar las palabras de Friedrich Nietzsche (1844 – 1900) “La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre”…
Pero hasta aquellos que creen que tienen una fe ciega de que no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad de Dios, es decir, que todo pasa porque él así lo dispone; que nacieron cuando El lo dispuso y morirán cuando él lo considere -cualquier semejanza con una dictadura es solo ilusión- cuando van a cruzar la calle, voltean hacia uno y otro lado…
Por lo que en el fondo, la “renuncia” del señor obi$po, parece ser porque nadie quiere hablar del tema de la fe y la falta de ella. Pero de cierto que Dios ya no es de fiar. El Bicho se ha pasado a traer hasta sus representantes y, confinados los demás que han sobrevivido, los tiene a dieta…
Cuando sería el momento propicio para que salieran a las calles radiantes, abrazando y besando a todo mundo. Dejando en claro que su Dios los protege de todo mal, amén…
Pero no; de nada han servido los rezos, ruegos y oraciones pidiendo su divina intervención para librarnos de esta teatral pesadilla, derivada en una pasarela de vacunas que, habiendo sido sacadas de la fila, como AstraZeneca, se incorporan de nueva cuenta al negocio, pero con otro nombre. Y así nadie se percata con cual los vacunaron y en consecuencia nadie se hace responsable…
Pero nada. Dios ha abandonado a sus seguidores. Ni siquiera de entre las nubes un rayo de luz sobre alguno de los capítulos de los Simpson para orientarnos en lo que debemos hacer y no hemos hecho. Y así; sin reciprocidad, como que está gacho ¿o no?
En el plano internacional…
El inexperto Secretario de Estado norteamericano Antony Blinken, dice queWashington está “profundamente preocupado por el comportamiento antidemocrático en Bolivia y la politización de la Justicia”, por lo que exigió la liberación inmediata de la ex presidenta interina Áñez y su pandilla…
Al mismo tiempo afirmó que considera que “¡es necesario tratar a China desde una posición de fuerza!” Cuando ya es sabido que las sanciones al coloso asiático, han afectado más a EE.UU. que a ellos…
Desde hace tiempo se ha venido citando en este espacio que China ya había superado a los EE.UU. y es la primera potencia económica del mundo, como ya lo es en la realidad, no en el papel…
Y por último, para que se vaya conociendo la ideología heredada del belicista Obama, prometió continuar con las sanciones a cualquier empresa que participe en el gasoducto Nord Stream 2. No obstante, no parece que le hagan caso, pues la obra continúa.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.