Estos últimos días ha corrido un caudal de información y opiniones sobre el tema de los apagones en la República Mexicana ocasionados por la onda gélida que ha golpeado a Texas y, en consecuencia, ha afectado a nuestro país. Posicionamientos, denostaciones, señalamientos, repartición de culpas han ido y venido por los medios y las redes, generando un clima más de conflicto político que de comprensión técnica.
Los adversarios de la 4T puntualizan que el problema principalmente se ha ocasionado por la ineptitud y la falta de previsión de los altos funcionarios de CFE, encabezados por el siempre polémico y oscuro personaje que es Manuel Bartlett. Entre uno de los factores primordiales que le imputan a la CFE es que no compraron la cobertura de garantía de precio del BTU de gas, para que en eventualidades como la que está sucediendo, el seguro de cobertura entrara a garantizar el precio estipulado de 5 dls por BTU y así con esto no tener que pagarlo a precio de mercado que, por la altísima demanda, se disparó a 300 y hasta 600 dls por BTU. Por una parte, este señalamiento sí implica un error en la falta de previsión derivado de este afán esquizofrénico de ahorro y austeridad de la cuarta transformación. Sin embargo, por otra parte, no significa que esto sea la causa primordial de los apagones en México. Con o sin seguro de cobertura, el gobernador de Texas, Greg Abbot, decretó que no se exportara nada de gas hasta después del 21 de febrero, situación que ha puesto en jaque a nuestro país porque dependemos en más del 90 por ciento de la importación del gas texano para producir energía.
Esta dependencia es el grave problema a atender y resolver; el meollo del asunto es cómo hacerlo. El propio Bartlett declaró que esta dependencia es una herencia de los gobiernos anteriores, lo cual no es una mentira, ya que se prefirió optar en su momento por la importación de gas que explotarlo nosotros mismos. La misma secretaria de energía, Rocío Nahle, ha señalado que por esta circunstancia se está buscando que la CFE logre ser autosuficiente en la generación de electricidad. Coincidimos hasta aquí con eso.
El problema es que el planteamiento que se están haciendo, a través de la iniciativa preferente de reforma a la ley de la industria eléctrica que envió el presidente a la Cámara de Diputados, busca que prácticamente se elimine la participación de la Iniciativa privada, sea nacional o extranjera, en la generación de electricidad, para que de este modo sea la CFE la que tenga el monopolio de la generación de electricidad como hace más de 40 años. Este modelo definitivamente no funciona por las condiciones socioeconómicas y políticas que actúan en el mundo por la globalización. La economía mundial está entrelazada, lo que conlleva a que los modelos de inversión pública en los distintos países se lleven a cabo con la amplia participación del capital privado, para que sean viables y sustentables. La convivencia entre el capital público y el privado es la que ha dado los resultados de éxito en los países desarrollados y de primer mundo, como son los países nórdicos, Alemania, Gran Bretaña, Japón, Corea del Sur y los Estados Unidos.
Me parece increíble que nuestros actuales funcionarios no puedan entender este fenómeno de la globalización que vaticinó en los años 60 del siglo pasado el sociólogo canadiense, Marshall Mcluhan, con su concepto de la Aldea global. Desde entonces, la globalización se ha venido fraguando desde la conectividad satelital, la evolución del Internet y los avances tecnológicos, para hacer de nuestro mundo un espacio interconectado, en el cual todos vivimos en un ámbito de interdependencia. Por ello la importancia de entender que somos una sociedad global interdependiente que no es lo mismo a ser dependiente dé. La interdependencia implica acuerdo, diálogo y convivencia. La dependencia, por su parte, conduce al sometimiento, a la desventaja y a la vulnerabilidad. Estamos ciertos que nos perjudica sustantivamente la dependencia con Texas para el suministro de gas como ha sido palpable en estos días; busquemos entonces que nuestras autoridades opten por encontrar soluciones de acuerdo a los tiempos que estamos viviendo y no se vayan por modelos de hace 40 años, que son inviables, contaminantes, inoperantes y cero rentables.
Jorge Luis Malpica Ortiz.
