Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), afirmó “categóricamente” que en el Poder Judicial de la Federación (PJF) ya no hay corrupción ni nepotismo.
Al rendir su tercer informe como titular del PJF ante el Pleno del máximo tribunal del país, enfatizó que los casos de corrupción que existen actualmente “son aislados” y “no obedecen más que a la existencia de mafias de corrupción que operaban desde dentro”.
“Hace algunos años dije, en este mismo recinto, que el Poder Judicial Federal enfrentaba un importante problema de corrupción. Cuando lo hice, molesté a muchos; y hoy, esta afirmación todavía incomoda. Pero tratándose de instituciones públicas, que pertenecen al pueblo, los trapos sucios no se lavan en casa.
“De esta manera, puedo afirmar categóricamente que en el Poder Judicial de la Federación ya no hay corrupción tolerada, ni institucionalizada. Ya no hay corrupción avalada o auspiciada desde arriba. Los casos de corrupción que existen son aislados y no obedecen más a la existencia de mafias de corrupción que operaban desde dentro. Se ha generado un cambio de comportamiento porque ya no existen cúpulas que cobijen los esquemas de corrupción. No existen cotos que gocen de la protección o del silencio institucional”, enfatizó.
A un año de concluir su responsabilidad como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar Lelo de Larrea aseguró que el país cuenta con un nuevo Poder Judicial de la Federación (PJF) por lo que los mexicanos y mexicanas podrán estar seguros de que habrá tribunales que los defiendan justamente.
El ministro presidente adelantó que seguirá trabajando con intensidad y pasión para que “la igualdad y la dignidad” se vuelvan costumbre en la administración e impartición de justicia federal.
También reafirmó que fue acertada su decisión de combatir la corrupción al interior de este Poder, pese a que hace tres años y hoy todavía “a algunos incomoda”.
Sin embargo, Arturo Zaldívar recalcó que atacar las prácticas deshonestas de los servidores públicos los fortalece como Poder, debido a que la inmensa mayoría de los integrantes de juzgados y tribunales federales son honestos e íntegros.
“Hemos roto las estructuras de poder por las que abogados, despachos y representantes de intereses económicos traficaban influencias e impunidad al interior del Poder Judicial. Hemos desarticulado las redes clientelares de intercambio de favores”, destacó.
Fuente: Milenio
