Manuel Aranda Montero, titular de la Dirección de Atención al Migrante del gobierno de Hidalgo, en entrevista reveló que los compatriotas que son deportados de Estados Unidos a México por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE en sus siglas en inglés) de ese país del norte, son secuestrados en cuanto pisan territorio mexicano por bandas criminales que piden a sus familiares cantidades que varían entre los 4 mil y 10 mil dólares ( de 76 mil a 191mil pesos) para no hacerles daño e incluso, bajo la falsa promesa de volverlos a “cruzar” a la Unión Americana.
El funcionario dijo que esto ocurre principalmente en los cruces fronterizos de Nuevo Laredo, Tamaulipas y de Tijuana, Baja California con los Estados Unidos.
Relató el caso de un joven hidalguense de 17 años, vecino del Valle del Mezquital y del que por su seguridad no reveló el nombre ni el municipio de dónde es originario, tras ser deportado de Estados Unidos, estuvo a punto de ser secuestrado por un individuo que aprovechando que el muchacho es menor de edad, se hizo pasar por su tío y trató, por medio de engaños, de que las autoridades del estado de Baja California se lo entregaran en custodia.
A mediados del pasado mes de mayo, el joven adolescente, con la esperanza de obtener un buen empleo en los Estados Unidos para apoyar a su familia, contrató los servicios de un “pollero” o traficante de personas para que lo llevara a California, Estados Unidos.
El “pollero”, intentó ingresar a Estados Unidos al muchacho y otros 17 migrantes abordó de un pequeño yate que partió cerca del puerto mexicano de Ensenada, Baja California.
Para no ser detectados, la embarcación se internó en el océano Pacífico con rumbo a una playa poco concurrida ubicada entre San Diego y Los Ángeles, California, Estados Unidos.
Fuente: La Jornada
