De 2014 a la fecha, 497 niños, niñas y adolescentes migrantes han muerto en las rutas migratorias del continente americano, de los cuales 192 (38.63 por ciento) fallecieron en la frontera entre México y Estados Unidos, la más letal para ellos, aseveró el Proyecto Migrantes Desaparecidos (MMP, por sus siglas en inglés) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Edwin Viales Mora, director regional para América del MMP, expuso que los menores que perecieron en el cruce de la frontera México-Estados Unidos eran principalmente mexicanos, venezolanos, hondureños, guatemaltecos, cubanos, chinos y afganos. Sobre las causas de las muertes, explicó que se asocian con ahogamiento, violencia y por accidentes en medios de transporte no aptos.
En una sesión virtual de la Red de las Américas sobre Migrantes Desaparecidos, señaló que el análisis histórico de los datos recabados por la OIM, de 2014 hasta ayer, muestra que las rutas migratorias donde más niñez migrante ha fallecido, además de la de México-Estados Unidos, es la región de América del Sur y el Parque Nacional de Darién.
Destacó que las cifras recopiladas por el MMP son sólo estimaciones; evidentemente, el número real de personas que fallecen o desaparecen durante el tránsito migratorio es muchísimo más elevado y se magnifica para rutas de gran letalidad.
En el caso de América del Sur, explicó que han documentado 91 muertes de menores que ocurrieron, la mayoría, en rutas terrestres en Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay y en el cruce fronterizo de Colchane, entre Bolivia y Chile.
En el Parque Nacional de Darién, entre Colombia y Panamá, lastimosamente desde 2014 hemos registrado 76 vidas perdidas, entre las principales nacionalidades están Venezuela, Cuba, Haití, Colombia, Afganistán, Angola, Camerún, Mauritania, India y Perú, apuntó.
Viales Mora indicó que en el Mar Caribe han documentado 47 muertes, sobre todo de niñas, niños y adolescentes originarios de Cuba, República Dominicana, Haití, Colombia, Jamaica, Bahamas, Surinam, Tailandia, Senegal, Mauritania, Dakar y Egipto.
Destacó que aunque la niñez migrante es uno de los grupos en contexto de movilidad más vulnerables, los datos sobre sus fallecimientos y desaparición durante la migración tienden a ser muy limitados.
Cada número representa a una persona y a una familia que quedó atrás sufriendo los efectos de perder a un niño durante el tránsito, expresó.
El experto recordó que los dos últimos años lastimosamente se rompió el récord de vidas perdidas de personas migrantes en el mundo y en América, en éstas sumaron mil 413 en 2023 y mil 272 en 2024.
A nivel mundial, añadió, los cruces migratorios más letales son el del desierto del Sahara, el cruce del mar Mediterráneo, la frontera entre Estados Unidos y México, el mar Caribe y el Parque Nacional de Darién.
Fuente: La Jornada
