El Departamento de Estado de Estados Unidos informó que, en una acción conjunta sin precedentes recientes, los gobiernos de ambos países acordaron medidas inmediatas para garantizar el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944. Conforme a este acuerdo, México transferirá volúmenes adicionales de agua desde embalses internacionales y aumentará las entregas en seis afluentes del Río Bravo hasta el cierre del actual ciclo hidrológico quinquenal.
Según el comunicado, esta decisión responde a una instrucción directa del presidente Donald Trump, con la participación activa del secretario de Estado, Marco Rubio; la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, y el subsecretario de Estado, Christopher Landau. La prioridad, señalaron, es asegurar el suministro de agua para agricultores, ganaderos y municipios del Valle del Río Bravo, afectados por la escasez.
La nota oficial destaca también la colaboración del gobierno mexicano, subrayando la intervención personal de la presidenta Claudia Sheinbaum para coordinar a las distintas instancias de su administración. El Departamento de Estado agradeció explícitamente su participación, la cual calificó como fundamental para alcanzar una solución efectiva y rápida.
Adicionalmente, Estados Unidos y México acordaron elaborar un plan de largo plazo que contemple transferencias mensuales adicionales, consultas técnicas periódicas y mecanismos de monitoreo, con el objetivo de garantizar el cumplimiento sostenido del tratado y atender de manera preventiva las deudas de agua pendientes. Este esfuerzo binacional incluirá estrategias de conservación y medidas orientadas a asegurar la disponibilidad regular de agua para las comunidades fronterizas.
El Tratado de Aguas de 1944, vigente entre ambas naciones, establece obligaciones claras sobre el uso y distribución de los recursos hídricos del Río Bravo y el Río Colorado. Las autoridades estadounidenses recordaron que su cumplimiento es esencial para la estabilidad económica y social en ambos lados de la frontera.
Fuente: La Jornada
