Fuera de programa, la presidenta Claudia Sheinbaum se dirigió hasta el micrófono: les voy a pedir un favor. Vamos a respetarnos todos. Vamos a respetar a la gobernadora. Su intervención acalló los abucheos de los morenistas hacia María Teresa Jiménez en el evento inicial del programa federal de vivienda en la entidad. Sólo así la panista pudo continuar su discurso en el que ofreció la cooperación en el marco de una relación republicana.
De buen talante, la jefa del Ejecutivo federal pronunció un largo discurso en el que narró que los niños le preguntaron por qué quitó los dulces de las escuelas. Sonriente y didáctica, explicó las razones del programa Vida Saludable, que prohíbe dulces, refrescos y comida chatarra en todas las escuelas del país: “comer mucho dulce hace mucho daño a la salud.
“¡Fíjense! Somos el país, y eso no está bien, que más diabetes infantil tiene, de los que más problemas de salud tienen con la alimentación y eso es por ingerir muchos dulces, muchos refrescos. Está bien que haya, pero el abuso siempre es malo. Por eso quitamos los dulces de las escuelas…”
También aludió al contexto económico internacional, destacando que en la actualidad se dejó atrás la visión del pasado que ofrecía los sueldos bajos en el país como ventaja competitiva para atraer mayores inversiones extranjeras. Eso se terminó en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, cuando se modificó la política en la materia y se duplicó el salario mínimo.
Y ahora, no me dejarán mentir las empresas, se invierte en México principalmente por la capacitación y lo bien que trabajamos los mexicanos. México es uno de los tres países donde más ingenieros se gradúan. Quiere decir que nuestros jóvenes cada vez se capacitan más.
Luego subrayó la relevancia del programa de vivienda en su gobierno, durante el cual se construirán 1.1 millones de casas. Para la Cuarta Transformación, arengó, el acceso a la vivienda es un derecho humano porque ya no es como antaño, que esto se convirtió en un negocio inmobiliario, donde proliferó la corrupción.
Fuente: La Jornada
