Antes de que se conociera que Ucrania aceptó este martes en Yeda, Arabia Saudita, la propuesta de Estados Unidos de decretar un alto el fuego de 30 días en toda la línea del frente de guerra, en caso de que Rusia haga lo mismo, el Kremlin advirtió que ataques como el de la madrugada de ayer –el mayor desde que comenzó la guerra con drones ucranios contra la capital y otras ciudades rusas– pueden afectar el eventual comienzo de negociaciones de paz.
Por ahora, aún no hay negociaciones, por lo cual el ataque (que causó cuatro civiles muertos y decenas de heridos) no tiene un efecto directo. Pero que acciones de ese tipo pueden causar un daño tremendo a la actual tendencia (de expresar la intención de sentarse a negociar), no cabe la menor duda, comentó el portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, quien acusó al régimen de Kiev de bombardear instalaciones civiles y edificios de vivienda.
Ucrania lanzó centenares de aparatos no tripulados –343 derribados por los sistemas de defensa antiaérea, según los rusos–, con lo cual, opinan analistas ucranios, tiene con qué responder a ese tipo de golpes de Rusia y, por lo mismo, viajó a Arabia Saudita dispuesto a aceptar una moratoria a los ataques aéreos, si su enemigo hace lo propio.
El ataque masivo con drones es una clara señal a (el presidente de Rusia, Vladimir) Putin de que debe estar interesado en un alto el fuego aéreo, adelantó la mañana de ayer en un video en Telegram el jefe del centro contra la desinformación del Consejo para la Seguridad Nacional de Ucrania, Andri Kovalenko.
En todo caso, la versión de Ucrania, mediante un comunicado del Estado Mayor de su ejército, es que la madrugada de ayer pudo impactar varias veces en la mayor refinería de Moscú, que procesa 11 millones de toneladas de petróleo al año y proporciona a la capital rusa hasta la mitad del combustible que requiere, así como una fábrica en la región de Orlov indispensable para el funcionamiento del oleoducto Druzhba (Amistad). Rusia asegura que la refinería, ubicada en el distrito de Kapotniya, funciona normalmente.
Ucrania, igual que hace Rusia en casos similares, se deslinda de los daños causados a infraestructuras civiles y las atribuye a fragmentos que cayeron por la acción de los sistemas de defensa antiaéreos rusos.
Contamos con información detallada sobre las instalaciones estratégicas que utiliza Rusia en su agresión armada contra Ucrania, indica en su comunicado castrense, y asegura que siempre cumple la legislación internacional en materia humanitaria, a la vez que –asevera– procura proteger a la población civil rusa.
Según el alcalde de Moscú, Serguei Sobianin, en las cercanías de la capital rusa, entre las 4:30 de la mañana y las 8:45 de ayer, cuando cayeron abatidos los dos últimos drones, por la madrugada los sistemas de defensa antiaérea interceptaron 74 aparatos no tripulados que se dirigían hacia blancos en Moscú.
Más tarde el departamento militar ruso precisó que derribó 97 drones en el área colindante con la principal urbe de Rusia.
De acuerdo con Andrei Vorobiov, gobernador de la región de Moscú, fragmentos de los drones derribados cayeron en Kolomna, Zaraysk, Serebreniye Prudy, Serpujov, Ramenskoye, Voskresensk, Lukovitsy, Bronitsy, Domodiedovo, Leninsk, Podolsk y Elektrostal.
Un edificio de viviendas en Ramenskoye recibió impactos de fragmentos de dron, dañando al menos siete departamentos entre los pisos 9 y 12, informó Vorobiov, mientras los noticiarios de televisión de todo el mundo mostraban los estragos que causó en imágenes de video grabadas por un testigo.
El ministerio ruso de Defensa reportó que, en total, pudo derribar 343 drones ucranios, en el mayor ataque de ese tipo desde febrero de 2022.
En la región de Moscú se interceptaron 97 aparatos no tripulados; en Kursk, 126; en Briansk, 38; en Velgorod, 25; en Riazan, 22; en Kaluga, 10; en Lipetsk y Orlov, ocho en cada uno; en Voronezh, seis y en Nizhny Novgorod, tres.
Fuente: La Jornada
