Los Ángeles entra en su cuarto día de emergencia. Las autoridades han decretado el toque de queda para las zonas afectadas por los dos grandes incendios que arrasan con la ciudad, el Palisades, ubicado al oeste, y el Eaton, registrado al este. La orden se impuso desde la tarde del jueves y seguirá vigente los próximos días entre las seis de la tarde y las seis de la mañana para evitar que sean saqueadas las residencias en pie en los afluentes barrios de Pacific Palisades y Pasadena. “Un mensaje a la población: no pueden estar en estas áreas afectadas. Si entran se exponen a ser arrestados”, ha señalado la mañana del viernes Robert Luna, el sheriff del condado de Los Ángeles.
Las autoridades han comunicado esta mañana un modesto avance en los dos principales frentes del fuego, que ya han destruido unas 10.000 estructuras y forzado a la evacuación de 153.000 personas. Después de una noche de trabajo sin descanso para los 4.600 bomberos que han sido movilizados, se registra una contención del 8% para el Palisades, que ha arrasado con 8.100 hectáreas, y de 3% para el Eaton, con 5.600 hectáreas destruidas. A estos también se suman los siniestros de Kenneth, Hurst, controlados respectivamente al 35% y 37%, y Lidia, contenido al 75%.
El viento ha disminuido su potencia, lo que ha permitido a los bomberos obtener estas ganancias. La mañana del jueves, los dos principales incendios registraban una contención de 0%. Pero las autoridades han advertido de que la situación puede empeorar a lo largo de la tarde. Los meteorólogos han emitido una alerta por fuertes corrientes que podrán sentirse hasta las seis de la tarde de este viernes. Estos podrían provocar nuevos focos por la baja humedad de la vegetación. Hay otra alerta roja para el lunes por el viento, de acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional.
