En un sofisticado esquema que mezcla tecnología y espionaje económico, catorce ciudadanos norcoreanos han sido acusados de utilizar identidades falsas para obtener empleos en empresas estadounidenses del sector de tecnología de la información, reportó ABC News. Estos trabajadores, operando de forma remota y bajo identidades robadas, generaron más de 88 millones de dólares entre 2017 y 2023, fondos que fueron desviados hacia el gobierno de Corea del Norte. Los ingresos obtenidos se destinaron a financiar programas de desarrollo de misiles balísticos y otras armas, en una clara violación de las sanciones internacionales vigentes contra el régimen de Pyongyang.
El esquema involucró tanto el uso de identidades robadas de ciudadanos estadounidenses como la participación de cómplices locales que facilitaban entrevistas falsas y conexiones Wi-Fi. Estos métodos, diseñados para evadir los controles de seguridad de las empresas contratantes, pusieron en riesgo la integridad de los sistemas y datos sensibles de las organizaciones afectadas.
Este caso, descrito por las autoridades como “la punta del iceberg”, resalta la complejidad y el alcance de las operaciones de cibercrimen patrocinadas por el estado norcoreano.
Fuente: Infobae