Esta semana quedó aprobada la Reforma a la Guardia Nacional propuesta el pasado 5 de febrero por el presidente Andrés Manuel López Obrador, con la cual la corporación quedará bajo en control administrativo y operativo la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) una vez que sea promulgada y publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
Esta iniciativa le confiere fuero militar a los integrantes de la GN, pues ya serán parte de las Fuerzas Armadas; además, en caso de que se vean involucrados en alguna investigación, será la justicia castrense y ya no la civil la que los indague y sentencio o exonere, lo cual abriría la puerta a más asesinatos y violaciones a derechos humanos, han advertido organizaciones de seguridad y derechos humanos y más recientemente, un reportaje deThe Economist.
El reconocido semanario inglés publicó este fin de semana un reportaje llamado ‘President Andrés Manuel López Obrador is militarising public secutiry’ (‘El presidente Andrés Manuel López Obrador está militarizando la seguridad pública’), en el cual se vale del décimo aniversario de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa para advertir de los riesgos de otorgarle un mando militar a esta institución que en un inicio nació en lugar de la extinta Policía Federal.
“La entrega de la Guardia Nacional a las fuerzas armadas reduce la supervisión civil, alterando el equilibrio de poder. Además de potenciar el papel de los soldados en la seguridad pública, el presidente les ha entregado una serie de funciones civiles, como la gestión de aeropuertos, muchas de las cuales se pagan en efectivo. En un país que nunca ha experimentado un golpe militar, en una región que lo ha hecho con frecuencia, eso es peligroso”, se lee en el reportaje.
La publicación precisa que precisamente la fecha en que se cumplen 10 años de este crimen de lesa humanidad en el que hubo participación de las fuerzas de seguridad, AMLO, lejos de cumplir su promesa de campaña de esclarecer el caso, se empeñó en impulsar esta reforma, dejando el camino preparado -desafortunadamente- para que se cometan más asesinatos y violaciones a los derechos humanos, tal como ocurrió con los jóvenes normalistas.
Fuente: Infobae
