Matías se inscribió en el registro uruguayo para comprar marihuana en farmacias hace solo dos meses. Lo que buscó ser una solución, se convirtió en un problema; en realidad en un nuevo problema para él. Ya que en estos dos meses solo una vez logró comprar una bolsita de cinco gramos en una farmacia del centro de Montevideo, después de perder tiempo consultando en varias de forma directa y también en la web que existe para reservar de forma digital.
Matías suele consumir marihuana que le dan amigos que están registrados en clubes o que también compran en farmacias. Pero la rutina de “estar siempre mangueando es un embole”, admite este joven de 28 años. Más cuando él puede pagar por flores de cannabis de calidad. En la farmacia el precio cambia según la variante, pero la más cara sale 500 pesos uruguayos (casi 236 pesos mexicanos) por bolsa.
La realidad de Matías es la misma de muchas otras personas: el sistema legal que se inventó en Uruguay es complicado para el consumidor. Más de 10 años después de aprobada la ley que era parte de una batería de medidas para combatir la inseguridad y el narcotráfico y ocho desde que el sistema está vigente, la marihuana llega un día a la semana a las farmacias -en la zona sur del país es los martes- y ese mismo día se acaba. Daniel Radío, secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND), reconoce el problema: “Si tuviéramos más capacidad de producir seguro que venderíamos más, eso está claro”.
Fuente: El Universal