Dr. Jeremías Zuñiga Mezano
Acabar con la inseguridad, violencia, pobreza, desigualdad, corrupción, falta de participación ciudadana e injusticia requiere de una educación integral que cultive valores éticos, empatía y respeto mutuo. Al promover una conciencia cívica desde temprana edad, podemos sentar las bases para un país más justo y próspero.
La educación no solo actúa como un antídoto contra la violencia y los homicidios, sino que también promueve la resolución pacífica de conflictos y el entendimiento intercultural, reduciendo tensiones sociales. La corrupción se enfrenta fortaleciendo la educación en honestidad, transparencia y responsabilidad cívica. La pobreza y la desigualdad pueden mitigarse mediante una educación inclusiva que ofrezca oportunidades equitativas de desarrollo.
Asimismo, la educación cívica, de nuestros derechos y obligaciones empodera a los ciudadanos para participar activamente en la sociedad y exigir justicia. Al fomentar la solidaridad y la colaboración entre individuos y grupos sociales, fortalecemos el tejido social y promovemos un ambiente de apoyo mutuo.
La educación no solo ilumina mentes, sino que también transforma sociedades. Es el camino hacia un futuro más seguro, justo y solidario para todos los mexicanos.
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