La caída de las primeras lluvias en municipios de las altas montañas de Veracruz azotados por los incendios forestales y el estiaje, fue celebrada por los pobladores, algunos hasta bailaron de la felicidad de que con el agua disminuyeran ligeramente las altas temperaturas.
En algunos puntos la precipitación pluvial fue escasa y generó bochorno, pero ayudó a reducir los incendios forestales que persisten y que ya han consumido en territorio veracruzano casi 9 mil hectáreas de terrenos.
Fuente: Milenio