Por mayoría de tres votos, la Sala Superior del Tribunal Electoral confirmó el desechamiento de la queja presentada por Xóchitl Gálvez contra el libro “¡Gracias!” del presidente Andrés Manuel López Obrador, al considerar que está bajo su derecho de libertad de expresión, y que si eventualmente procede su prohibición, sería un exceso e incluso, censura.
El desechamiento de la queja fue avalado por la magistrada Mónica Soto y los magistrados Felipe de la Mata y Felipe Fuentes, con el rechazo de Janine Otálora y Reyes Rodríguez Mondragón.
El proyecto del magistrado Reyes Rodríguez Mondragón planteaba que la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral debía admitir la queja, ya que no se analizaron todas las pruebas aportadas por la denunciante.
“Esa examinación no implica de ningún modo un ejercicio de censura. No hay una propuesta que restrinja las libertades fundamentales de expresión, prensa e imprenta. Lo que sí se busca es hacer valer el diseño legal que está establecido para las autoridades electorales desplieguen sus competencias cuando se trata de quejas con presuntas violaciones a la neutralidad y equidad de la contienda”, subrayó el magistrado Rodríguez Mondragón.
La magistrada Janine Otálora consideró que se debe admitir la queja, y en su caso, remitir el asunto a la Sala Especializada para que estudie el fondo del asunto sobre las supuestas violaciones al principio de equidad en la contienda.
Sin embargo, el magistrado Felipe de la Mata advirtió que la queja interpuesta por Xóchitl Gálvez sí solicita como medidas cautelares la suspensión de las publicaciones relacionadas con el libro, así como su difusión, venta y publicidad, lo cual sería un mal precedente.
“Los libros editados legítimamente, a mi juicio, no son en principio propaganda, por lo que en ese contexto no pueden ser sujetos a censura”, opinó.
Consideró que abrir la puerta al escrutinio de contenidos desde las autoridades electorales implicaría una restricción al mercado editorial, y señaló que solo en los regímenes dictatoriales se restringe la distribución de libros.
“Las autoridades debemos evitar cualquier clase de actitud que, escondida bajo la mano del paternalismo, pretenda convertirse en un baremo de lo que el lector puede y no puede recibir en su biblioteca ¿También vamos a censurar bibliotecas?, ¿vamos a quemarlas como en los años 40 o 30 en Alemania nazi?”, cuestionó.
En tanto, el magistrado Felipe Fuentes apuntó que la publicación del libro forma parte de la libertad de expresión e imprenta, y las notas que retomaron estas manifestaciones se encuentran bajo el ejercicio periodístico.
Fuente: El Universal