Isabel Karime Romero Acosta
México hoy en día vive en un régimen controversial de la que poco se ha hablado y
analizado; y este es el de “la economía del populismo”. El populismo funciona y se
basa en la creencia o ignorancia de que los recursos son escasos, insuficientes y
limitados para atender las necesidades de todos.
No es nada nuevo ver estadísticas y saber que gran parte de la población de nuestro
país vive en pobreza. Las personas que se encuentran en el poder y pueden tomar decisiones para reducir este mal, en apariencia buscan una y otra vez el mismo objetivo: “combatir la pobreza”; sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad.
El populismo se alimenta de sus más fieles seguidores, los cuales son sujetos de
todas las atenciones, prebendas y beneficios de los programas sociales convertidos
en programas clientelares. Este sistema, necesita de tres factores fundamentales
los cuales son: pobreza, ignorancia y fanatismo. El éxito del populista se centra en
una sola cosa, evitar que los pobres dejen de serlo. En realidad, no se tiene interés
en que este gran sector salga de su círculo, les conviene que sigan así o incluso
que incremente; puesto que el pobre no debe estudiar, no debe aspirar a mejores
empleos o salarios, ya que para esto está el “maravilloso” Estado que funge como
el salvador dando alimentos, bonos, becas, entre otros.
Es cierto que los pobres son el sector más vulnerable y por lo mismo son más
susceptibles a manipulaciones, les hacen creer que hay enemigos que buscan
perjudicarlos a toda costa y que necesitan a alguien que los proteja.
Las transferencias monetarias que destina el gobierno a programas sociales no han
hecho ningún cambio notable a la reducción de la pobreza, porque este tipo de
apoyo no los ayuda a progresar sino a que su situación siga siendo la misma cuando
se supone que el objetivo principal es reducir la pobreza al mínimo. Los programas
sociales deben ser mejorados a como dé lugar y no solo enfocarse en dar dinero
sin tener claridad en el destino de este. No es dar por dar, se deben estructurar de
raíz y darles seguimiento o mejoras, registrar avances y observaciones para lograr
una efectividad.
¿Cree usted pertinente que se destine más dinero en programas para personas
mayores de 65 años que en el sector salud o menores de edad? ¿Dónde se deja a
la niñez? Se sabe que “la inversión en la primera infancia es la más rentable de
entre todos los grupos de edad para impulsar el crecimiento” y esto no es ningún
secreto, es información que brinda el Paquete Económico del país. Pero hay una
lógica detrás de todo que se resume a un simple objetivo, los votos. Basta solo con
ver estadísticas. Y es la misma fórmula que se ha reciclado por años y volvemos al
principio, el mismo círculo donde la clave es que la pobreza se mantenga congelada.
¿Cree usted necesario cancelar contratos con laboratorios, reducir el dinero para la
seguridad y la educación para construir un nuevo aeropuerto bastante
cuestionable?
Son cosas que simplemente no tienen sentido, pero el fanatismo, la idiosincrasia y
la desesperación nos ciega y nos hace dudar si de verdad están ayudando al pueblo
o nosotros a ellos y quién de verdad tiene el poder.
El populismo en México ha tenido un impacto limitado en la reducción de la pobreza.
Los programas sociales implementados por los gobiernos populistas han
beneficiado a las clases populares, pero no han logrado reducir la desigualdad
estructural. A menudo se centran en políticas que tienen un impacto inmediato en
las condiciones de vida de las personas pobres, pero que no abordan las causas
estructurales de la pobreza.
Para que el populismo sea una herramienta efectiva para la reducción de la pobreza,
es necesario que los programas sociales se diseñen de forma que ofrezcan apoyo
para mejorar las habilidades y las oportunidades de empleo de las personas pobres,
así como ser evaluadas para que se puedan medir.
Referencias:
- Donatello, B. (2018). La economía del populismo. El economista.
- Badillo, D. (2023). Programas sociales no pintan en combate a la pobreza. El economista.
- Vallejo, G. (2022). FCH: Programas sociales se aplican de forma clientelar pero no
- reducen la pobreza. Expansión Política.
- Lonigro, F. (2018). El populismo necesita pobreza, ignorancia y fanatismo. Clarín.
- Vallejo, G. (2022). FCH: Programas sociales se aplican de forma clientelar pero no
- reducen la pobreza. Expansión Política.