Por: Miguel Salvador Rodríguez Azueta
Corría el mes de Septiembre de 1823 y la Villa de Xalapa era sede de los trabajos diplomáticos entre los enviados de España y el representante del Supremo Gobierno Mexicano, Guadalupe Victoria, para encontrar un acuerdo de paz entre ambas naciones.
Mientras esto ocurría, los enviados diplomáticos del Imperio Británico trabajan de igual forma para entablar un tratado de comercio y de reconocimiento de la nueva nación.
Gracias a al trabajo de recopilación del Dr. Juan Ortiz Escamilla, en la obra “Veracruz, la guerra por la Independencia de México 1821-1825, antología de documentos” el día de hoy sabemos con certeza que fue lo que pasó para que las negociaciones fracasaran.
La manzana de la discordia en aquel momento no fue posesión por parte de los españoles de San Juan de Ulúa, sino la isla de Sacrificios, lugar que reclamaba el comandante español de Ulúa como parte de su soberanía junto con el Castillo y mientras las negociaciones de paz continuaban al mismo tiempo los comandantes de la Nueva Veracruz y de San Juan de Ulúa, se enfrascaron en un pleito por la posesión de la isla, lo que ocasionó que a finales del mes de Septiembre de 1823 la fortaleza rompiera el fuego sobre la ciudad, dando inicio a los acontecimientos que concluirían con el título de Heroica pata la ciudad de Veracruz.
Así las cosas, el 10 de octubre de 1823 el Supremo Poder Ejecutivo nombrado por el Congreso Mexicano, declaraba el bloqueo de San Juan de Ulúa un hecho histórico por ser Guadalupe Victoria el Comándate de la plaza designado para la defensa y cuyas acciones, seguidas posteriormente por Miguel Barragán concluirán con la rendición de Ulúa en 1825 y la declaración de Heroica Ciudad por decreto número 35 el 29 de julio de 1826, título y nombre que aún hoy conserva nuestra ciudad.
