Alicia Bárcena, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), expresó a Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, la preocupación de México por la colocación de boyas alambradas en el Río Bravo como medida antiinmigrante por parte de Texas.
“Estamos muy preocupados por el tema, y agradecidos porque el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha interpuesto una demanda contra el gobierno de Texas y esto nos ayuda muchísimo porque en realidad estamos hablando de una situación que es muy delicada”, dijo la canciller al asegurar que la mayor parte de las boyas “están del lado mexicano”.
En conferencia de prensa conjunta con Antony Blinken, en su segundo día de gira por Washington, la secretaria de Relaciones Exteriores confió en encontrar una solución: “Me voy con un prospecto de mucha esperanza de que vamos a crear, posiblemente, un grupo de trabajo para ver primero qué dice la Corte Federal, qué podemos hacer para resolver este tema muy pronto”.
Grupo para retirar boyas
La canciller y Antony Blinken perfilaron la creación de un grupo de trabajo para tratar de retirar la barrera de boyas con sierras que Texas ha instalado para frenar a los migrantes en el río Bravo que separa ambos países.
“Creo que vamos a encontrar una solución”, dijo Bárcena, para ver qué pasos seguir una vez se pronuncie la Justicia durante el próximo mes.
Por su parte, el líder de la diplomacia estadounidense dijo que el Gobierno de Estados Unidos cumple con “el Estado de Derecho” y que las acciones legales tomadas por el Departamento de Justicia buscan “retirar las boyas y evitar que se instalen otras boyas”.
“Debemos dejar que el proceso judicial siga su curso. Esta es la forma apropiada de proceder para un país que cumple con el Estado de derecho”, expresó Blinken.
Nuevo centro migratorio
En su primera visita oficial a Estados Unidos, Bárcena también explicó que el centro migratorio que México abrirá en el sureste del país será “temporal”.
La canciller contó que servirá para atender a los migrantes venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses que se quedaron varados en territorio mexicano cuando Estados Unidos levantó el Título 42, la política de expulsiones usada durante la pandemia de covid-19.
La instalación, que todavía no tiene fecha ni lugar de apertura, estará gestionada por Naciones Unidas y contará también con servicios consulares de Estados Unidos que evaluarán qué migrantes son elegibles para entrar en ese país.
Aquellos que no puedan ir a Estados Unidos, añadió Bárcena, tendrán opciones para ser “integrados” en México, dado que hay demanda de mano de obra en el sureste del país latinoamericano, aunque también podrán regresar a sus países de origen, con la única excepción de los haitianos por la grave crisis que atraviesa su nación.
Fuente: El Universal
