Descendiente directo del general Felipe Ángeles, en cuyo honor se nombró el aeropuerto internacional inaugurado por el actual gobierno; militar de carrera que perteneció a la Fuerza Aérea Mexicana, e incluso fue comandante del Avión Presidencial en pasadas administraciones, José Humberto Gual Ángeles fija tajante su postura: “al señor Presidente lo están orillando a tomar una decisión mal informada, muy mal informada, porque en caso de regalar la soberanía aérea lo estarían orillando a que tome una decisión como en su momento la tomó Antonio López de Santa Anna, cuando regala la mitad del territorio nacional”.
El capitán piloto aviador Gual Ángeles, secretario general de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), se refiere a la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador para permitir el cabotaje en el espacio aéreo mexicano, es decir, que cualquier aerolínea extranjera pueda tener rutas y realizar vuelos entre ciudades mexicanas, algo que actualmente está permitido sólo a aerolíneas nacionales.
“Durante toda la historia hemos defendido la soberanía nacional. La del subsuelo a través del litio, la soberanía energética, la soberanía de los mineros, la marítima y hoy queremos regalar la soberanía aérea”, dice Gual Ángeles.
Detalla que se ha reunido con el secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Nuño; con el subsecretario de Transporte, Rogelio Jiménez Pons y con legisladores, para exponer las consecuencias del cabotaje y le dan la razón, pero se preguntan: ¿Cómo se lo decimos al Presidente?
“Lo están mal asesorando, que no le tengan miedo. La lealtad es decir la verdad”, señala.
Dice que el argumento del Poder Ejecutivo de que con esta medida bajaría el precio de los boletos de avión es equivocado y que la consecuencia del cabotaje será la desaparición de las aerolíneas nacionales como Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobús, así como de las empresas de taxis aéreos, al no poder competir con una flota tan grande como la que tiene Estados Unidos, Europa o Asia.
“Se puede generar una catástrofe verdadera. Y entonces vamos a estar pagando impuestos para construir puertos y aeropuertos para que vengan los extranjeros a ocuparlos y se lleven las ganancias. Estamos en un contrasentido, por un lado, peleamos el nacionalismo, y por el otro tan Santa Anna, lo regalamos”.
Fuente: El Universal
