Dos semanas después del asalto a las sedes de los tres poderes en Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva envía un mensaje de que todo está bajo control al cumplir su primer viaje al exterior, a Argentina, donde abrirá una nueva era en sus relaciones con sus vecinos regionales, mayoritariamente izquierdistas, tras el mandato distante del ultraderechista Jair Bolsonaro.
El patriarca de la izquierda brasileña participará el martes en el encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), compuesto por 33 países y de la que Brasil –uno de sus creadores en 2008, cuando el propio Lula era presidente– salió en enero de 2020, durante la administración del ultraderechista.
Un día antes del evento, el mandatario se reunirá con su colega Alberto Fernández, con quien mantiene una relación de larga data y quien se reveló como uno de sus grandes aliados, incluso en sus momentos más oscuros.
En julio de 2019, Fernández visitó a Lula en la cárcel de Curitiba en la que estaba preso, tras ser condenado por corrupción en el marco de la megaoperación Lava Jato y liberado después por una cuestión procesal. También fue el primer líder extranjero con el que se reunió en Sao Paulo, tan solo un día después de ganar las elecciones en segunda vuelta el 31 de octubre.
El lunes, Lula también mantendrá reuniones con empresarios brasileños y argentinos en el país vecino, y en el marco de la Celac, podría reunirse, según la cancillería brasileña, con su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel, y el venezolano, Nicolás Maduro, dando así prioridad a los jefes de Estado que no pudieron asistir a su toma de posesión el 1 de enero en Brasilia.
El presidente se encontrará con representantes de organismos como la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), que trabaja en el combate contra el hambre, una de las prioridades de su Ejecutivo.
Lula viajará acompañado de cinco ministros: Mauro Vieira, Relaciones Exteriores; Paulo Pimenta, Secretaría de Comunicación; Fernando Haddad, Hacienda; Nísia Trindade, Salud; y Luciana Santos, Ciencia y Tecnología.
Ya en el primer día de su gobierno, Lula mantuvo encuentros bilaterales con 10 jefes de Estado, entre ellos seis líderes de América Latina. Desde el principio, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) dejó claro retomaría una política exterior para priorizar la integración y “reconstruir” la imagen internacional de Brasil.
“Retomaremos la integración a partir del Mercado Común del Sur (Mercosur), con la revitalización de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y otras instancias soberanas”, aseveró. En sus dos mandatos precedentes, Lula fue un gran impulsor de la integración latinoamericana y tuvo una gran participación en esos foros.
Para la periodista brasileña Ana Flávia Castro, retomar los temas regionales es, más que “una cuestión ideológica o patriótica”, una directriz con “fundamento económico”.
“Las empresas brasileñas están perdiendo terreno frente a las chinas; por lo tanto, el foco está en recuperar ese espacio perdido de la industria brasileña en nuestro principal mercado, que es América del Sur”, comenta en el diario Metrópoles.
En una entrevista con Globo News, el embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, adelantó que durante su visitar se hablará del impacto energético como consecuencia del conflicto en Ucrania. “Brasil [principal socio comercial de Argentina] está muy interesado en la compra de gas para mejorar la estructura de precios más competitiva para los hogares y para toda la matriz productiva”, dijo.
Scioli comentó que, en este sentido, Argentina comenzó una obra estratégica, que es el gasoducto Néstor Kirchner, para poder exportar gas a Brasil.
El comercio bilateral, la complementación productiva o la situación de ambos países en sectores como el automotriz, naval, textil, calzado, infraestructura o logísticas, serán otros de los temas que estarán sobre la mesa.
Fuente: ActualidadRT