“De tus amigos de la fuerza de Choque contra las Drogas y Crimen Organizado en Nueva York”, se lee en una placa que le entregaron en abril de 2014 a Iván Reyes Arzate, quien hasta esos momentos era el comandante de la Unidad de Investigaciones Sensibles de la DEA en México.
En la parte superior, un escudo con las siglas de las agencias de seguridad más importantes en Estados Unidos, luce entre dos antorchas: FBI, DEA e ICE.
Tres años después, Reyes Arzate se entregó a las autoridades de Estados Unidos, acusado de intentar cometer fraude contra su país y de manipular a un testigo, víctima o informante. El 10 de febrero de 2017, La Reina fue formalmente acusado en una corte de Illinois por, presuntamente, haber alertado al cártel de los Beltrán Leyva de investigaciones en su contra. En abril se entregó de manera voluntaria a las autoridades y cuatro meses después, envió una serie de reconocimientos y certificados para intentar demostrar su inocencia.
De acuerdo con los documentos, en poder de MILENIO, Reyes Arzate concluyó su programa de entrenamiento como parte de la Unidad de Investigaciones Sensibles de la DEA, en Quantico, Virginia, el 21 de noviembre de 2002. El propio administrador de la DEA en ese entonces, Asa Hutchinson, firmó su certificado.
Reyes Arzate era el máximo encargado de las operaciones conjuntas de la SIU en México con Estados Unidos. Tenía en su poder información confidencial sobre operaciones e intercepción de comunicaciones a cárteles de la droga de alta prioridad. Tuvo especializaciones en la materia, como un entrenamiento sobre aplicación de la ley federal mexicana y el curso avanzado del programa de entrenamiento de la SIU, que se llevó a cabo en Río Hato, Panamá.
Además, tiene un certificado del programa de Observador Internacional de Aplicación de la Ley contra las drogas, emitido por la Organización de Estados Americanos, la Comisión Interamericana contra el Abuso de Drogas y hasta la Real Policía Montada de Canadá, de 2003.
Un seminario sobre seguridad en laboratorios clandestinos de la DEA, un seminario sobre aplicación de la ley en Latinoamérica del FBI y el Departamento de Justicia, un curso de liderazgo del departamento del Alguacil de Los Ángeles, un premio especial por servicio y un certificado de apreciación, ambos de la DEA y un diploma sobre el curso de operaciones conjuntas que dio en 2015 la Escuela de las Américas, del Departamento de Defensa de Estados Unidos. En la primera acusación en su contra, La Reina decidió no refutar los cargos y se le impusieron 40 meses de prisión, los cuales ya cumplió. Ahora se declaró culpable de uno de tres cargos que le imputó la Fiscalía de Nueva York el año pasado: conspiración internacional para distribución de cocaína.
El próximo 6 de enero, será sentenciado por facilitar el crimen contra el que él combatía desde el gobierno mexicano: narcotráfico.
Fuente: Milenio