Mtro. Edgard González Suárez
Pues Jorge, aquí en tu programa tuviste la primicia del análisis de la postura de Ricardo Monreal, aquí lo expuse, recuperado de entrevistas realizadas por el Senador Monreal en la semana del 4 al 9 de julio; análisis que solo hasta mediados de la semana pasada, varios analistas y articulistas siguieron, sobre todo después del destape de Marcelo Ebrard, en plena mañanera.
Seguimos en la línea del análisis discursivo de los actores y protagonistas del debate dentro del movimiento de la Cuarta Transformación, particularmente de sus actores centrales y ahora, varios de ellos, precandidatos o aspirantes a suceder a Andrés Manuel López Obrador en la presidencia del país.
En colaboraciones pasadas he caracterizado a la corriente política de Marcelo Ebrard como una corriente de corte progresista pero esencialmente constituida por tecnócratas, es decir, una línea que apuesta a los instrumentos de la planificación y de la administración pública para el logro de reformas sociales -es decir, de políticas públicas- que ayuden al bienestar social, pero en el marco del Estado Constitucional que nos rige. Creo yo, que se plantean reformas al régimen jurídico y político, apoyados en una nueva correlación de fuerzas a favor de las clases populares.
En contraste, si tuviera que caracterizar a Ricardo Monreal, lo caracterizaría como una corriente de corte progresista pero esencialmente constituida por políticos profesionales, líderes de organizaciones sociales, y que también apuesta a los instrumentos de la administración pública para el logro de reformas sociales -es decir, de “ajustes” a las políticas públicas- que ayuden al bienestar social, y también dentro del marco del Estado Constitucional que nos rige. Observo también un proyecto de reformas jurídicas y políticas, apoyados en esa nueva correlación de fuerzas a favor de las clases populares que sostiene a la 4ª Transformación.
Si comparáramos solo a estos dos precandidatos, podríamos ver que hay muchas similitudes y coincidencias en el proyecto de país -reformas jurídicas, políticas y sociales-, tienen un origen político similar, ambos nacen dentro de la formación de cuadros dentro del Partido Revolucionario Institucional, son contemporáneos y ambos comienzan los años sesenta de vida.
Pero también mantienen muchas diferencias, se adscriben a grupos de interés distintos por su origen social y presencia en el país. Para nadie es desconocido que Ebrard es un camachista de primera cepa, asociado a las elites políticas del país, participante del primer círculo de las decisiones en el salinismo de finales de los años 80´s. Con enormes tentáculos hacia los factores de poder: empresarios nacionales y extranjeros, televisoras, Iglesias, Ejército y Partidos Políticos.
Monreal, de cuna más humilde, formado en las lides electorales del PRI en zacatecas, constituido como un verdadero operador electoral, habilitado y capacitado para la negociación en corto, la formación de redes electorales clientelares, y la movilización social, ha generado y constituido su propio grupo político, encabezado por él, sus hermanos, David y Saúl Monreal, en zacatecas, y los senadores de Sinaloa y Nayarit, Pedro haces y Alejandro Rojas Díaz Duran, entre otros grupos afines, dentro de la delegación Cuauhtémoc en la Cd. De México
Ambas corcholatas, según el imaginario simbólico utilizado por López Obrador, estarían formando un verdadero “Eje” político y programático capaz de imponerse dentro de la 4T y al propio presidente de la república.
Mientras tanto, la semana pasada, ambos precandidatos, en sendas entrevistas y por separado han manifestado no solo buscar la candidatura de morena a la presidencia sino hacerlo bajo condiciones democráticas hacia adentro de ese partido.
Monreal sostuvo que no cree en las encuestas, ellas no unifican, sino que dividen, “la encuesta es un procedimiento desgastado y que esta agotado (…) ha sido un ejercicio que ha sido cuestionado, y sería bueno buscar métodos distintos”.
Por su parte Marcelo sentenció, en otra entrevista, que será consistente, que no se distraerá y que cuando llegue el momento y se definan las reglas estará listo para participar.
Sin embargo, Jorge, pienso, que este “Eje” puede ser en verdad un escudo para proteger a la verdadera corcholata de López Obrador, y de la cual hablaremos la próxima semana.