Se levantó la polémica con el planteamiento que la Asociación Nacional de Escuelas Particulares hizo a las autoridades educativas y de salud mexicanas de volver a las aulas a partir del 1 de marzo del presente año.
En información del portal, Sin embargo, Alfredo Villar Jiménez, presidente de esta asociación, apuntó diversos aspectos que están generando una problemática seria por el hecho de no tener clases presenciales ya prácticamente en un año. La presencia de trastornos mentales y emocionales de niñas, niños y adolescentes, además de sus familias y de maestras y maestros es uno de ellos.
Además, aseguró que esta crisis educativa tardará entre seis y 10 años en recuperarse, independientemente de la recuperación de la salud mental.
Desde el aspecto económico, el funcionario recordó que tan solo 20 mil escuelas particulares ya habrían cerrado por la pandemia. De la misma forma, Arturo Mattiello Canales, presidente de la Federación de Universidades e Instituciones de Educación Superior, aseveró que tan sólo en el Estado de Veracruz se ha perdido en un 80 por ciento la matrícula en las escuelas y universidades privadas, situación que afecta sustantivamente la economía directa de todas las familias que viven de estas instituciones.
Mattiello Canales también hizo referencia a los problemas psicológicos y emocionales que están viviendo alumnos, maestros y familiares de los alumnos. “Están presentando estrés post pandemia, síndrome que los lleva a la frustración, al enojo, la irritabilidad, la ansiedad y a la depresión. Esto sin dejar a un lado que se van a perder cinco generaciones en el desarrollo educativo de nuestro país”.
Sin duda, es dramático lo que se está viviendo en México por esta causa; los seres humanos somos entes sociales por naturaleza, necesitamos convivir, platicar, interactuar unos con otros; está en nuestro ser. Sin embargo, la apuesta sigue siendo muy riesgosa porque no se tiene la plena certeza de que si los alumnos regresan a clases, esto pueda desatar una nueva ola de contagios.
Arturo Mattiello expuso que la afluencia sería de un 30 por ciento de los alumnos y se estarían llevando clases mixtas, entre presenciales y a distancia, haciendo rotación con los alumnos para que todos puedan tener clases presenciales. Todo ello aunado a un riguroso protocolo de sanidad para evitar los contagios.
Por donde se le vea pueden existir riesgos, como también pueden estar cuando vamos al supermercado, a comer a algún restaurante, o a pasear a algún lugar de esparcimiento. Las pérdidas en materia educativa nos van a pasar una factura muy alta como sociedad, por eso es hora que las distintas instancias de gobierno vayan poniéndose de acuerdo con los dueños de instituciones educativas para buscar el como sí regresen los alumnos a clases. La pandemia va para largo, tendremos que aprender a vivir con ella. ¡No nos queda de otra!
Jorge Luis Malpica Ortiz