Sam Ojeda / NV Noticias
Xalapa.- El regreso a clases presenciales tras el confinamiento por COVID-19 trajo consigo un incremento de hasta 40 por ciento en las quejas presentadas contra docentes, señaló José Reveriano Marín Hernández, secretario general de la sección 56 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Dijo que muchas de las quejas son carentes de sustento y relacionadas con actos de disciplina escolar.
De acuerdo con el dirigente sindical, esta tendencia ha generado un ambiente de incertidumbre para el magisterio, ya que bastan simples señalamientos —incluso anónimos— para que un maestro sea apartado de sus funciones, sin la garantía de un proceso justo o el derecho a ser escuchado.
“El maestro puede ser removido solo por llamar la atención a un estudiante o pedirle que entregue una tarea. Hoy, ejercer la autoridad en el aula se ha convertido en un riesgo profesional”, lamentó.
Marín Hernández explicó que el contexto emocional en el que se dio el retorno a las aulas ha influido en esta problemática, ya que tanto estudiantes como docentes enfrentan mayores retos en la convivencia y el manejo de la disciplina, lo que ha derivado en fricciones y denuncias que no siempre tienen fundamento.
Señaló que es urgente revisar los procedimientos actuales para atender estas quejas, ya que en muchos casos el protocolo establece que el maestro debe ser retirado del plantel de inmediato, aun antes de iniciar una investigación formal.
“Estamos de acuerdo en que no se deben permitir agresiones de ningún tipo, pero también es fundamental proteger a los trabajadores de la educación. No podemos permitir que un docente sea cesado sin la oportunidad de defenderse ni de presentar pruebas”, subrayó.
El líder del SNTE planteó la necesidad de establecer un marco normativo claro que brinde garantías a los docentes ante posibles acusaciones infundadas, y que permita distinguir entre actos disciplinarios legítimos y conductas indebidas.
