Por Art1llero
En medio de una conferencia presidencial, Nayeli Roldán, reportera del medio digital Animal Político, colocó sobre la mesa uno de los temas más dolorosos y silenciados de la administración anterior: el desabasto de medicamentos. Lo hizo con datos duros, nombres concretos y una narrativa que, lejos de buscar protagonismo, apuntó al corazón de un posible esquema de corrupción millonario que involucra al sistema público de salud, a empresas recién creadas y a un posible vínculo político-familiar con la actual gobernadora de Veracruz.
Más allá de las negativas tajantes y los intentos por desacreditar la información, este episodio representa un avance significativo en el ejercicio democrático. Que una periodista cuestione directamente a la presidenta de la República sobre contratos irregulares, sobreprecios escandalosos y posibles conflictos de interés, habla de una libertad de expresión que resiste, aunque a menudo se vea acorralada por el poder o por los aduladores disfrazados de comunicadores.
Es cierto que la “mañanera” es un espacio inédito en la historia del país: un presidente –y ahora una presidenta– compareciendo diariamente ante los medios. Pero también es cierto que ese espacio ha sido sistemáticamente usado para denostar a periodistas críticos y para propagar una narrativa oficial sin contrapesos; por eso, cuando voces como la de Roldán logran irrumpir con información documentada, el periodismo cobra su verdadero sentido: vigilar al poder.
La pregunta sigue en el aire: ¿qué explicación hay para que el IMSS haya pagado hasta 800% más por medicamentos a empresas ligadas al entorno político de una gobernadora? La evasión no es respuesta. El silencio institucional no es transparencia. Y la ausencia de sanciones es complicidad.
En este contexto, lo que hizo Nayeli Roldán no es sólo periodismo, es servicio público, y mientras existan reporteros capaces de incomodar con evidencia, México tendrá una oportunidad real de fortalecer su democracia.
La pregunta sigue sin respuesta, pero la democracia respira cada vez que un reportero exige explicaciones.
