Cientos de miles de manifestantes salieron ayer a las calles de Washington y de todo Estados Unidos para reunirse en al menos mil 200 protestas contra el presidente Donald Trump, además de su aliado multimillonario tecnológico Elon Musk, por despedir a miles de trabajadores federales, deportar migrantes, reducir las protecciones para las personas transgénero y recortar el financiamiento federal para programas de salud, en un creciente contexto de malestar en diversos sectores por las decisiones en materia económica del magnate.
Formaron parte del movimiento Hands Off, mismas que planearon más de 150 grupos en los 50 estados, y que hasta ahora son las más grandes desde que el magnate regresó a la Casa Blanca en enero.
Pancartas con consignas como ¡No es mi presidente!, Ha llegado el fascismo, Detengan el mal y Quita tus manos de nuestra seguridad social se extendían a pocas manzanas de la Casa Blanca, donde la gente se agolpó en la extensión de césped que rodea el Monumento a Washington bajo un cielo sombrío y una ligera lluvia.
La multitud en torno al monumento aumentó a lo largo del día. Algunos llevaban banderas ucranias y otros bufandas kufiya palestinas y portaban carteles de Palestina libre, mientras los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos arremetían contra las políticas de Trump en el escenario.
Jamie Raskin, representante de Maryland, denunció en su intervención que el presidente tiene la política de (Benito) Mussolini y la economía de Herbert Hoover; añadió: “nuestros padres fundadores escribieron una Constitución que no empieza con la frase ‘Nosotros, los dictadores’. El preámbulo dice, ‘Nosotros, el pueblo’. Ninguna persona moral quiere un dictador que destruye la economía, que sabe el precio de todo, pero el valor de nada”.
A su vez, el representante por Florida Maxwell Frost expuso: nos dicen que los inmigrantes nos roban el trabajo, pero son ellos los que se llevan el empleo al extranjero y contratan a abogados para ir en contra de los sindicatos.
Fuente: La Jornada
