Julio Escobar / NV Noticias
Coatzacoalcos. – La paleta de Chupirul es un tradicional dulce en peligro de extinción, al ser uno de los caramelos poco consumidos por las nuevas generaciones, además de que cada día son menos quienes se dedican a su elaboración.
Don Tomas Valencia Moreno habita en la colonia las Américas de Coatzacoalcos y desde hace 30 años se dedica a la venta de estas paletas, oficio que le ha permitido sacar adelante a tres de sus hijos que presentan una discapacidad.
Comentó que es el único vendedor de estos caramelos que recorre el centro de la ciudad y parte de malecón costero en compañía de su hijo Pablo Valencia Sánchez de 49 años de edad, quien desde muy pequeño perdió el sentido de la vista y del habla.
“Le digo que no tengo competencia, recorro el centro, me voy a la playa y no veo a otro amigo vendiendo de estos dulces, venden otra cosa, pero el chupirul no, en mi casa tengo tres hijos con discapacidad, dos niñas y un varón, ellos no trabajan, pero me acompañan vender”, narró.
Don Tomas comentó que junto a su esposa llegan a elaborar hasta 120 paletas de Chupirul, de las cuales al día vende alrededor de 50, con una variedad de 10 sabores, fresa, rompope, chicle, piña, naranja, mango y coco por mencionar algunos.
Explicó que el proceso para crear las paletas es muy cansado, ya que tienen que estar por mucho tiempo pegados al fuego, derritiendo el azúcar, agregando los sabores, dándoles forma y posteriormente envolverlos.
“Lo hacemos por las noches, porque esto es caliente, se hace en una cacerola con un kilo de azúcar hasta que hierve y luego lo tenemos que estar probando hasta que se sazone, también le se echa limón agrio para que no se cuaje”, explicó.
Lamentó que las nuevas generaciones no consuman estos dulces tradicionales, lo que ha causado que poco a poco estén desapareciendo, además de la competencia que les representan las tiendas de autoservicio quienes se dedican a la venta de golosinas de diversas marcas reconocidas.