Por: Romy Vilaboa Reyes
La felicidad es mucho más que un sentimiento o una emoción pasajera. Según Aristóteles, la felicidad es el fin que busca todo ser humano, por lo tanto, la felicidad en sí misma, es el mayor deseo que guía todas las acciones de los seres humanos (Bosch, 2019). Es por ello que el estudio de la felicidad ha cobrado importancia a nivel mundial[1], lo cual permite conocer cuáles son los países con las mayores tasas de felicidad y comprender los factores económicos, sociales y personales que contribuyen a que una población sea feliz.
Desde un punto de vista técnico la felicidad recibe el nombre de bienestar subjetivo, el cual se puede definir no como un constructo académico o de expertos sino como una vivencia de las personas, esto es, como una experiencia de bienestar (Rojas & Martínez, 2012). El bienestar subjetivo busca comprender una idea más completa acerca del bienestar, tomando en cuenta factores y elementos más cercanos a la condición efectiva de la gente y al modo en que lo perciben, brindando, con ello, la importancia que tiene la evaluación que las propias personas hacen de su bienestar, siendo ellas quienes finalmente lo viven o experimentan (Diener & Oishi, 2005; Rojas, 2007). Consiste en un esfuerzo por redefinir las bases clásicas con las que se ha pensado y medido el progreso. (Rojas & Martínez, 2012).
Generalmente el enfoque de bienestar subjetivo reconoce que la felicidad es una vivencia humana, en consecuencia, el enfoque y la manera en la que se mide, generalmente parte de la pregunta directa a la persona acerca de su satisfacción con la vida, y la información recopilada se utiliza para corroborar hipótesis y para evaluar y revisar teorías (Rojas, 2009). Partiendo de esto, podemos decir que si un individuo expresa alta satisfacción con su vida y frecuentes emociones positivas este posee un alto bienestar subjetivo, mientras que si reporta baja satisfacción con su vida y pocas emociones positivas entonces su bienestar subjetivo se considera bajo.
En las investigaciones sobre el bienestar subjetivo en diversos países se han hecho presentes algunas aparentes paradojas. Por ejemplo, la paradoja de Easterlin, la cual nos dice que incrementos importantes en el ingreso no vienen acompañados de aumentos en la felicidad de las personas, es decir que, contrariamente, a lo que creen la mayoría de los economistas y muchas otras personas, no hay una relación directa entre ingresos y felicidad (Easterlin, 1974). Otra de estas paradojas y a la que a continuación conoceremos con profundidad se trata de la paradoja latinoamericana de la felicidad.
La paradoja latinoamericana de la felicidad hace referencia a un rasgo estructural relacionado con el modo en que los latinoamericanos valoran su bienestar, a pesar de sus condiciones materiales de vida. De acuerdo a esto, los latinoamericanos declaran ser tan o incluso más felices que las poblaciones de países con un nivel de ingreso mucho mayor (Bericat & Acosta, 2021).
Esta paradoja fue descubierta en 1976 por Gallup en una encuesta mundial sobre felicidad en una muestra de 60 países y 6 regiones del mundo. Como se muestra en la Gráfica 1, el porcentaje de latinoamericanos “muy felices” (32%) es superior al de los europeos occidentales (20%) y casi tan felices como los norteamericanos (40%), siendo América Latina una región con menos ingresos que esas dos regiones.
Gráfica 1
Diversos autores han tratado de explicar las razones de esta aparente paradoja latinoamericana y la mayoría concluye que se debe a la importancia que tienen las relaciones familiares y sociales en la población latinoamericana. En América Latina existe abundancia de este tipo de relaciones cercanas debido a la calidez cultural lo cual explica la abundancia de felicidad, a pesar de que las condiciones materiales y económicas no sean óptimas (Rojas, 2016; Beytía, 2011; Bericat & Acosta, 2021).
De esta manera, la llamada “paradoja de la felicidad latinoamericana” deja de ser una paradoja y podemos entender que la medición del bienestar no tiene que recurrir únicamente a indicadores materiales sino a indicadores que vayan más allá y consideren la felicidad y satisfacción con la vida de las personas.
De igual forma, es importante que como personas, recapacitemos sobre cuáles son los factores que en realidad nos proporcionan una felicidad duradera y una verdadera satisfacción de vida en lugar de dar prioridad a factores materiales y de prestigio, los cuales si pueden traer una satisfacción momentánea y de hecho son una base importante para la búsqueda de la realización personal pero no deberían de ser ni de lejos los más importantes o a los que deberíamos aspirar como meta final, sino más bien ser un puente para alcanzar aquellos que realmente nos nutran a un nivel personal.
Referencias.
- Bericat, E., & Acosta, M. J. (2021). La paradoja latinoamericana de la felicidad. Consideraciones teórico-metodológicas. Revista mexicana de sociología, 83(3), 709-743.
- Beytía, P. (2011). El Impacto del Contexto Social en los Determinantes Individuales de la Felicidad. América Latina, Europa Occidental y Estados Unidos en perspectiva comparada. Tesis de Maestría, Instituto de Sociología, Pontificia Universidad Católica de Chile.
- Bosch Rabell, M. (2019). La felicidad en Aristóteles: Fin, contemplación y deseo. SCIO. Revista de filosofía, 16, 41-60.
- Diener, E., & Oishi, S. (2005). The nonobvious social psychology of happiness. Psychological Inquiry, 16 (4), 162–167
- Easterlin, R. (1974). Does Economic Growth Improve the Human Lot?, en David, P. A. y M. Reder (eds), Nations and Households in Economic Growth: Essays in Honor of Moses Abramovitz, New York, Academic Press, Inc.
- Rojas, Mariano (2009). Economía de la felicidad, hallazgos relevantes respecto al ingreso y el bienestar. El Trimestre Económico. vol. LXXVI (3), núm. 303, julio-septiembre, pp. 537- 573. http://www.scielo.org.mx/pdf/ete/v76n303/2448-718X-ete-76-303-537.pdf
- Rojas, Mariano (coord.) (2016). Handbook of Happiness Research in Latin America. Nueva York: Springer.
- Rojas, Mariano, e Iván Martínez (2012). Measurement, Research and Inclusion in Public Policy of Subjective Well-being: Latin America. México: Scientific and Technological Consultative Forum.
- Rojas, M. (2007). The complexity of well-being: A life-satisfaction conception and a domains of-life approach. Researching well-being in developing countries: From theory to research, 259-280.
[1] Por ejemplo, la iniciativa de Bután, el cual fue el primer país del mundo en cambiar la manera convencional de medición del Producto Interno Bruto (PIB) por el de Felicidad Nacional Bruta (FNB). La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) también se unió a este movimiento y ha lanzado una iniciativa para la medición del progreso, Measuring the Progress of Societies, el cual pretende medir de mejor manera el progreso de las sociedades, debido a que los indicadores macroeconómicos no son suficientes para conocer la situación de bienestar de las personas. De igual manera, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha determinado el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad y publica ese día el Informe Mundial de la Felicidad (World Happiness Report) que analiza la felicidad en una muestra de 143 países.