Por Jorge Silva
Los datos oficiales arrojan que en los últimos 30 años las cifras de educación y de inversión han aumentado. Pero entonces la pregunta es ¿Por qué seguimos casi igual? ¿Por qué estamos condenados a tener los mismos o peores salarios que nuestros padres? ¿Por qué no subimos en el escalafón socio-económico y vemos una mejora en nuestras familias? La respuesta esta en el modelo mal diseñado de contrato social que tenemos, no somos productivos, nos han movido a un esquema informal sin beneficios y debemos corregirlo.
Para que la productividad de un país mejore, existen tres condiciones: las empresas improductivas deben de desaparecer (y no han desaparecido); las empresas buenas deben de crecer (y pocas han crecido) y las nuevas empresas deben de ser mejores a las ya existentes (y no ha pasado). En materia de política económica, los gobiernos han hecho política social (solo regalando dinero y con esquemas fiscales no incluyentes) a través de las empresas, fomentando la improductividad y poniéndonos en una relación donde hoy, la economía es mas informal que formal.
Las empresas, cualquiera que sea su tamaño deben ser el motor de una economía; y me refiero a empresas micro, a pequeños negocios familiares, a los de tu colonia, los del campo, los de la esquina de mi casa. Esas empresas deben crecer y el gobierno debe poner las condiciones para que eso sea. Sin embargo, el sistema diseñado ha premiado que esas mismas empresas caigan en a informalidad, no produzcan lo necesario y por lo tanto, el beneficio de sus dueños sea marginal. Al gobierno le sale mejor no regularte que meterte a un sistema formal que a la larga te beneficie.
Hoy, tu y yo que tenemos que trabajar en muchas áreas para poder generar ingresos, no tenemos beneficios, ni seguridad social, ni prestaciones, solo el ingreso que nos llegue periódicamente. Te has preguntado, que pasará en unos años cuando los datos dicen que aunque cotices en seguro social, no tendrás servicios y que aunque tengas tus ahorros en un fondo, no recibirás tus pensiones completas.
Vivimos en un ambiente polarizado, sin sentido, sin causa aparente. Económicamente hablando, estamos igual que hace más de tres décadas y el gobierno de hoy tiene exactamente el mismo sistema económico del pasado. Vivimos frustrados porque trabajamos y no generamos mas recursos. La informalidad, es solo una manifestación de ese mal contrato social, de un modelo disfuncional en el que estamos y además es excluyente.
¿En que debemos poner nuestras energías, es vez de estar peleándonos sin razón? En hacer un sistema donde se respeten las instituciones (en todas las escalas); en donde haya un Estado de Derecho, que no es más que todos estemos sometidos a las mismas leyes sin perjudicar a nadie más; un sistema donde construyamos nuevamente este tejido social rasgado con costumbres y valores; exigir un Estado con mucha capacidad para administrar recursos y donde el gobierno solo sea una parte de la maquina que hace funcionar a la economía y no como el engrane principal.
Construyamos un proyecto con idea, que sea incluyente y eficaz para alcanzar mejores condiciones de vida. Lo que hoy tenemos es solo una simulación que polariza y divide a una sociedad frustrada. Alcemos la voz, pero, sobre todo construyamos con visión para tener un futuro por lo menos digno. Busquemos vivir en paz, diseñemos ser productivos.
Referencias:
Claudio Lomnitz, El Tejido Social Rasgado, Editoria Alacena Bolsillo, 2022.
Revista NEXOS, número 548, agosto de 2023, artículo: ¿Qué falló? México 1990-2023 de Santiago Levy y Luis Felipe López Calva
