El peso mexicano logró ganarle terreno al dólar hasta un nivel no no visto en ocho años, al cerrar en 16.8537 unidades por moneda estadunidense, en un día donde influyó la convergencia de señales de estabilidad en las finanzas públicas y la posibilidad de una emisión de bono por parte del gobierno de México.
Ayer la Secretaría de Hacienda y Crédito Público anunció que logró refinanciar 132 mil 862 millones de pesos de su deuda en el mercado local, a través del intercambio de valores gubernamentales, mientras que Bloomberg reportó que la oficina de Rogelio Ramírez de la O está contactando a inversionistas de todo el mundo ante una posible emisión de bonos sostenibles denominados en moneda nacional bajo el nombre de “BonoS”.
“El intercambio (la recompra) se llevó a cabo sin incurrir en endeudamiento adicional, cumpliendo con los límites de endeudamiento aprobados por el Congreso de la Unión para el ejercicio fiscal 2023”, dijo la dependencia en un comunicado.
El economista Luis de la Calle explicó que el superpeso responde en general a estos factores, que hablan de la buena reputación en los mercados globales por el buen manejo de las finanzas publicas, pero también al diferencial de tasas de interés del Banco de México y la cercanía que tiene el país con Estados Unidos.
“Estas variables hacen que la nación esté de moda y esos son vientos favorables para el peso mexicano por encima de la expectativa, pero implica también un reto importante para la economía del país”, comentó.
Agregó que este miércoles la baja de la inflación en Estados Unidos, regresando a 3 por ciento, y la lectura del mercado a dicho indicador favorecieron a la moneda mexicana.
Luis Gonzalí, vicepresidente y director de Inversiones en Franklin Templenton México, considera que sigue la fortaleza comparado con mercados emergentes a pesar del panorama de incertidumbre política que está atravesando el país por las próximas elecciones presidenciales.
Fuente: Milenio
