Por José Luis Enríquez Ambell
Este quinceañero esquema de la economía —se creó en 2011— contiene beneficios dado que impulsa el consumo interno y reactiva a toda la movilidad económica, y se traduce en un perjuicio: el sobreendeudamiento, pues el sector privado comercial formal e informal se vale muchas veces de prácticas engañosas.
Uno de los beneficios directos es generar más empleo, sobre todo temporal, y con ello una amplia derrama económica en los bolsillos de millones de personas. Y es que este evento anual está diseñado para las ofertas y grandes descuentos durante tres días de noviembre, justo en quincena y aprovechando que el descanso por la celebración del Aniversario 114 de la Revolución Mexicana (día 20) se adelanta al lunes 17.
El comercio en su conjunto —en especial las grandes cadenas, las pequeñas y medianas empresas (PyMES) y sin descontar al sector informal— ve incrementadas sus ventas, atrae nuevos clientes, fideliza a los actuales y mueve inventarios rezagados, quizá desde el Covid.
Para los consumidores, hay beneficios como el acceso a productos y servicios a precios más bajos o con métodos de pago atractivos, como los meses sin intereses (MSI) y bonificaciones bancarias, lo que permite adquirir más bienes que normalmente no comprarían. Aquí es donde la cultura financiera juega en contra: muchos terminan en sobreendeudamiento.
Cabe decir que el Buen Fin ha incentivado a más negocios a formalizarse para participar en esta iniciativa comercial que cada año se fortalece.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, decía mi abuela paterna Mamá Bina (QEPD). Uno de los perjuicios desde 2011 es que los compradores se dejan llevar por compras impulsivas o por la urgencia de “aprovechar” las ofertas, endeudándose más allá de su capacidad de pago y afectando sus finanzas a corto, mediano y largo plazo. O sea, se gastan por adelantado el aguinaldo.
Durante casi quince años del Buen Fin, la inflación de precios originales días o semanas antes, seguida de supuestos descuentos que resultan ofertas engañosas, terminan llevando al consumidor a oficinas de la Profeco.
Desde las primeras horas del presente fin de semana, entre la sensación de escasez y la urgencia de comprar productos muchas veces innecesarios, y la idea de pagar con meses sin intereses, lo cierto es que miles caen en una mala gestión financiera.
Así que, aunque el Buen Fin es motor del consumo, los beneficios y perjuicios que deja al final del fin de semana fragmentan la planificación financiera de millones.
DE SOBREMESA
Quien compra en establecimientos inscritos paga los respectivos impuestos: IVA principalmente y, en algunos casos, IEPS. Por su parte, los comerciantes deben cubrir el ISR por las ganancias adicionales, los impuestos a la nómina por tiempos extra y demás contribuciones derivadas del periodo. Así que, además de la cadena comercial y los servicios financieros, “la SHCP (SAT) resulta ser el gran beneficiario del llamado fin de semana más barato del año”.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT
De acuerdo con el INEGI, sobre ocupación y empleo, 60 % de la población activa económicamente participa en la economía informal, la cual aporta entre 20 y 25 % del PIB en México y, por supuesto, “no paga impuestos”. La informalidad no solo abarca el comercio —su cara más visible— sino múltiples expresiones, algunas con la apariencia de actividades reguladas.
En resumen, entre el comercio formal y la recaudación está el verdadero objetivo del Buen Fin; y aunque la informalidad represente competencia desleal para quienes están en regla, también participa y mueve el dinero y el empleo.
UN CAFÉ CON PILONCILLO
El Sotavento veracruzano es cuna de grandes deportistas. Abulón Hernández, los hermanos Arano, Bernardo Calvo, Beto Ávila (hijo de alvaradeña) Nathanael Alvarado por hablar de Beisbolistas. Y en futbol, Luis “Pirata” Fuente, Eduardo Rergis, Sebastián Jurado, por citar algunos. Y hoy en Valentina Murrieta y Luis Gamboa, jóvenes seleccionados nacionales ponen en alto a Alvarado, Veracruz y México en máximos torneos de fútbol en su categoría.
Valentina como la mejor portera del mundo en su edad, y jugadora del America. Y Luis, del Atlas, logrando los dos goles que hace unas horas permitieron eliminar al super favorito Argentina en el Mundial Sub 17. Ella y El son producto del Sotavento Jarocho, así que algo tienen estas tierras para el deporte que dan frutos brillantes en varias disciplinas, y así con orgullo “Veracruz está de moda”.
¡ES CUANTO!
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