Jesús Utrilla | NV Noticias
La erosión en la zona de Los Tuxtlas alcanza pérdidas de hasta 200 toneladas de suelo por hectárea por año, lo que redujo la siembra de maíz y puso en riesgo la capacidad agrícola de la región. Sergio Uribe Gómez, investigador del Campo Experimental Cotaxtla del INIFAP, señaló que este desgaste redujo la superficie agrícola destinada al maíz en la región, afectando a los productores y comprometiendo el potencial productivo del estado. Más del 50 por ciento de los suelos del país presentan algún grado de erosión, y alrededor del 20 por ciento se encuentra ya en un estado severo.
Recuperar el terreno degradado puede tardar hasta 300 años por cada centímetro perdido.
“En Los Tuxtlas hemos medido una pérdida de suelo de hasta 200 toneladas por hectárea por año. Es una pérdida exagerada, porque para que el suelo se recupere necesitan pasar muchos años: hasta 300 años para formar un centímetro de suelo, y ese centímetro puede perderse en un solo año si no se adoptan prácticas de conservación”.
La erosión es uno de los principales factores de deterioro del suelo en México, especialmente en terrenos con pendiente.
Uribe Gómez señaló que existen técnicas que pueden disminuir el daño, como la labranza de conservación, que consiste en dejar residuos vegetales sobre la tierra y la instalación de terrazas con muros vivos.
“De esas 200 toneladas que se pierden por hectárea cada año, con estas tecnologías pueden perderse solo 10 toneladas. La disminución es considerable y permite que el suelo mantenga su humedad y nutrientes”.
El investigador invitó a los productores interesados en implementar estas prácticas a acercarse al Campo Experimental Cotaxtla para recibir orientación técnica directa.
