El presidente de la Comunidad Valenciana, el derechista Carlos Mazón, del Partido Popular (PP), anunció su inminente dimisión del cargo al cumplirse el primer aniversario de la catástrofe natural de la DANA en Valencia, que se cobró la vida de 229 personas y provocó daños material en numerosos pueblos de la región, dejando decenas de miles de damnificados. Su renuncia al cargo se hará de forma escalonado y en coordinación con los grupos parlamentarios que le auparon al cargo, el PP y la extrema derecha de Vox, que tendrán la facultad de elegir a su sucesor para agotar lo que queda de legislatura, dos años, en lugar de convocar a nuevos comicios.
Durante el día clave de la catástrofe, la noche y madrugada del 29 de octubre, el todavía presidente Mazón estuvo desaparecido durante las horas más críticas. Es público que estaba en una comida con una periodista de la televisión autonómica y que llegó al centro de mando de la emergencia cuando la situación ya era dramática. Después, en lugar de reconocer su error, ofreció varias versiones contradictorias y se negó a dimitir a pesar de las numerosas manifestaciones que se realizaron en su contra, la primera y más numerosa congregó a más de 120 mil personas.
Y cuando más avanza la investigación judicial abierta para indagar en las responsabilidad penales de los responsables públicos de la gestión de la catástrofe, finalmente Mazón afirmó que “ya no puedo más” y anunció lo que muchos le reclamaron en las calles en los últimos meses: su renuncia al cargo. Pero no será inmediata, sino que esperará a que PP y Vox lleguen a un acuerdo del nombre de su sucesor para agotar lo que queda de legislatura, poco más de dos años, para posteriormente convocar a unos nuevos comicios.
En su mensaje, que no admitió preguntas de los medios de comunicación, enumeró durante media hora los supuestos “logros” de su gestión y de la labor de reconstrucción, al tiempo que acusó al gobierno central, del socialista Pedro Sánchez, de iniciar una “cacería política” en su contra y de abandonar a la sociedad valenciana y a su gobierno. Pero también reconoció errores: “Debí haber tenido la visión política de cancelar mi agenda y desplazarme hacia Utiel. Voy a vivir con los errores de aquel día toda mi vida. He pedido perdón y hoy lo vuelvo a repetir. Pero ninguno de los errores fue por cálculo político o por mala fe. No pedimos la declaración de emergencia nacional porque el Gobierno dijo que no iba a traer más efectivos. Descubrimos que nos iban a dejar solos por estrategia política. Desde la mañana de ese día nos hicimos cargo del trabajo ingente e inimaginable solos”.
						
									