Soy Frankelda, la primera película stop-motion del género fantástico hecha en México, llegó a todos los cines del país gracias al ingenio, el talento y la lucha constante de los hermanos Arturo y Roy Ambriz, quienes cobijados por Guillermo del Toro quieren conquistar a la audiencia mexicana con una cinta que, como ya se esperaba, tiene el respaldo de críticos y especialistas en el sétimo arte.
El filme cuenta la historia de una escritora (por supuesto mexicana) del siglo XIX que viaja a su propia mente para luchar en contra de los monstruos que ella ha creado. La joven es guiada por un príncipe atormentado y tendrá que poner orden entre lo real y lo ficticio.
Soy Frankelda nació gracias a la creación artesanal de más de 50 escenarios y 100 personajes, que cobran vida gracias al stop-motion. La técnica nació hace tantos años como una alternativa funcional, pero hoy existe más como un estilo y una necesidad de rescatar lo tangible en una industria cinematográfica cada vez más acostumbrada a las imágenes generadas por computadora.
Guillermo del Toro, el padre mexicano del fantástico, apoyó el proyecto de Frankelda desde el principio y, fiel a su estilo, no ha dejado de recomendarla en sus redes sociales. Una de las publicaciones más comentadas del cineasta fue aquella donde “obligó” a los cinéfilos nacionales a ver la cinta de los Ambriz: “Vayan a verla… HDSPM”.
No es la primera vez que Guillermo del Toro aboga por el cine mexicano, especialmente el más independiente. Consciente de la importancia de su voz y el peso de sus mensajes, ha recomendado obras que no suelen tener el apoyo de las grandes franquicias.
Además de Soy Frankelda, en cines de México ya se puede ver Frankenstein, la cinta de Guillermo del Toro que reversiona el clásico relato de Mary Shelley.
