Sam Ojeda – NV Noticias
Xalapa.– Integrantes del sector industrial del estado cuestionaron el nuevo proyecto para intervenir el tramo Balastrera–Rancho Trejo de la autopista México–Veracruz, al advertir que podría generar un colapso vial y financiero si se ejecuta sin planeación ni transparencia.
El empresario Edgar Chahín Trueba, miembro de la Asociación de Industriales del Estado de Veracruz (AIEVAC), advirtió que la iniciativa, impulsada por el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), carece de un proyecto ejecutivo claro y se desarrolla sin conocimiento del propio Gobierno estatal. “El fallo del concurso está previsto para el 30 de octubre, pero ni el Estado sabe en qué consiste realmente la obra”, afirmó.
Según Chahín Trueba, el plan contempla una inversión superior a 5 mil millones de pesos y la instalación de dos casetas de cobro, una en Balastrera y otra en el Trébol de La Luz, lo que representaría un retroceso para la movilidad de la región. “Nos tomó casi tres décadas eliminar la caseta de Fortín y ahora quieren colocar dos más. No están resolviendo un problema de tráfico, están a punto de crearlo”, advirtió.
El representante de la AIEVAC señaló que esta autopista es una vía estratégica para el sureste del país, por donde circulan diariamente entre 20 y 30 mil vehículos, incluidos transportes con materiales peligrosos. “No se trata solo de Orizaba o Córdoba, es una ruta nacional que mueve mercancías y productos industriales. Si detienen ese paso, el daño será enorme”, enfatizó.
Criticó además que el proyecto se haya manejado con discreción y sin consulta pública, lo que consideró un signo de opacidad. “Fonadin ya presentó el proyecto y el fallo está por darse, pero nadie supo del concurso ni de la formalidad que debería acompañar una obra de este tipo”, apuntó.
Para el empresario, el costo de la obra beneficiará únicamente a las instituciones financieras involucradas, mientras los usuarios pagarán el precio a través de nuevos peajes. “Al país le va a costar una fortuna, y los únicos ganadores serán los fondos de infraestructura. Es el negocio perfecto: los autos no tienen otra opción que pasar por ahí”, reprochó.
También expresó su preocupación por los riesgos que implicaría la construcción en una vía que transporta materiales altamente inflamables. “Por ahí circulan productos peligrosos. Lo que se necesita es un trazo alternativo, no un nuevo caos en la autopista”, dijo con molestia.
Finalmente, calificó el proyecto como una equivocación costosa que podría tardar años en concretarse, sin resolver los problemas de movilidad ni generar beneficios reales para Veracruz. “Será una desgracia nacional si se aprueba en los términos actuales”, concluyó.
