El Banco Mundial aumentó su proyección de crecimiento para México este y los próximos dos años, pero recalcó que la incertidumbre actual en torno a los aranceles ha pesado sobre las perspectivas del país y a ello se suma una reducción en la inversión pública. Según las nuevas previsiones del organismo, la economía mexicana estaría creciendo un promedio anual de 1.3 por ciento en la primera mitad del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
En lo que respecta a 2025, el organismo aumentó de 0.2 a 0.5 por ciento su perspectiva de crecimiento, lo que aún deja a México como el país con la perspectiva de crecimiento más baja en América Latina, salvo Haití y Bolivia, para los que el Banco Mundial pronostica una contracción este año.
“La disminución de la inversión pública en México, combinada con los nuevos aranceles estadunidenses, representa un lastre significativo para su sector externo”, resumió.
“Se prevé que el crecimiento de México se desacelerará en 2025, a medida que el ímpetu de los grandes proyectos de infraestructura pública se disipa y las mayores restricciones comerciales, en particular los nuevos aranceles estadunidenses, comienzan a pesar sobre la demanda externa”, desarrolló el organismo en su Reporte Económico de América Latina y el Caribe.
Para el próximo año el pronóstico del Banco Mundial pasó de 1.1 por ciento, publicado en junio, a 1.4 por ciento actualizado este martes (bit.ly/432db9R). Las previsiones para 2027 avanzaron de 1.5 a 1.9 por ciento.
Con esta mejora en las perspectivas de crecimiento por parte del Banco Mundial, el avance promedio de la economía mexicana durante la primera mitad de este sexenio sería de 1.3 por ciento y no de 0.9 por ciento.
Esto en medio de una América Latina que, de acuerdo con el organismo, destaca por la lenta expansión de su economía. “Condicionada por una inflación persistente, el aumento de la deuda, la debilidad de la inversión y la incertidumbre mundial, el informe pronostica que la región crecerá 2.3 por ciento en 2025 y 2.5 por ciento en 2026, el ritmo más lento entre las regiones del mundo”, señaló el Banco Mundial.
El organismo expuso que el entorno externo en la región sigue siendo complejo. La incertidumbre comercial amenaza el acceso a los mercados de los países latinoamericanos, así como la relocalización de cadenas de suministro.
A la vez, sectores clave para la región se verán afectados por una caída de la demanda mundial y de los precios de las materias primas que, se proyecta, disminuirán alrededor de 10 por ciento en 2025 y otro 5 por ciento en 2026.
“En el ámbito interno, la inflación persiste y la deuda pública se mantiene elevada, con una relación deuda/PIB que ascendió a 63.8 por ciento en 2024, frente a 59.9 por ciento en 2019”, añadió.
Fuente: La Jornada
