Francisco Garduño Yáñez, ex titular del Instituto Nacional de Migración (INM), ofreció ayer una disculpa pública a las familias de las 40 personas que fallecieron en el incendio de la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, en marzo de 2023.
Dos años y seis meses después y una vez que concluyó su gestión, Garduño Yáñez admitió que aquella fue una tragedia “inaceptable” y que no hay forma de mitigar el dolor y reparar el daño.
“A todos les ofrezco con humildad una profunda disculpa por el sufrimiento y daño causado a ustedes y sus familias que vieron cambiar su vida para siempre”, declaró con un semblante sombrío y después de leer los nombres de los migrantes fallecidos y de 27 personas sobrevivientes.
El ex comisionado inició su discurso profesando “profundo respeto” a las víctimas y familiares que se trasladaron desde Honduras, El Salvador, Guatemala y Venezuela, entre otros países. Durante su discurso, mantuvo la mayor parte del tiempo la mirada fija en sus notas.
Frente a ellos, y obligado por un fallo judicial a ofrecer la disculpa, el ex comisionado reconoció que el incendio en la estación migratoria de la ciudad fronteriza ocasionó “consecuencias permanentes que han quedado en su vida”, de manera concreta, la afectación de su salud física, mental, cognitiva y emocional.
“Me disculpo y reconozco que estos hechos son inaceptables y reprocho lo sucedido, toda vez que ocasionó modificaciones a sus proyectos de vida. No hay palabras que puedan resarcir y devolver las condiciones que tenían antes del 27 de marzo de 2023”, aseveró sobre un templete en cuyo piso fueron colocadas, iluminadas con velas, las fotografías de los 40 extranjeros que perdieron la vida.
A decir de Garduño Yáñez, la disculpa pública que expresó ayer “no es sólo una formalidad derivada de una institución judicial, sino que representa para mí un acto de profundo respeto, sincero, sentido y transparente”.
En ese acto, realizado en el Museo de la Ciudad de México, siete familiares y víctimas directas, mientras intentaban controlar el llanto, externaron su sentir y coincidieron en que esa acción no repara su dolor, y aseguraron que “hay un vacío” entre los deudos.
La salvadoreña Claudia Aracely, hermana del fallecido Daniel de Jesús Varela Ramírez, reprochó que “una disculpa pública leída, a la que ha sido obligado y enmarcada en una instrucción judicial”, no resuelve la tragedia. “No podemos aceptar esta disculpa mientras no exista una investigación exhaustiva de lo que pasó y quiénes fueron los autores”, subrayó.
Estefan Arango Murillo, uno de los sobrevivientes, originario de Venezuela, también se dirigió a Garduño Yáñez y aseguró que ya lo perdonó. No obstante, apuntó que la noche del incendio en la estación migratoria, el ex comisionado tenía el control en sus manos para dar la instrucción de que se abrieran las puertas, y no se aplicaron los protocolos de seguridad.
“Esta migración ha matado mucha gente, violado a muchas mujeres”, señaló.
El acto terminó en el mismo tono sombrío y triste con el cual dio inicio. Y por lo mismo, nadie aplaudió.
Fuente: La Jornada
