Para Margaret Qualley, rodar ‘La sustancia’ fue “una pesadilla”. Más allá de los problemillas con el acné derivados del uso del, por otro lado, genial maquillaje protésico que la acompañó durante el delirante tercer acto de la película, lo nuevo de Coralie Fargeat se tradujo en una experiencia emocional lo suficientemente intensa como para que el trabajo terminase teniendo un impacto psicológico inesperado en ella.
Durante una entrevista con Cosmopolitan, Qualley ha asegurado que su rol como Sue le hizo enfrentarse a “generaciones de trauma” presentes en su propia familia. Cabe recordar que la madre de la buena de Margaret no es otra que la también actriz Andie MacDowell, icono noventero que estuvo —y continúa estándolo— sometida al escrutinio público bajo los cegadores focos de la industria cinematográfica.
Así lo explicó la intérprete, que también subrayó la masculinidad presente en la mirada del largometraje hacia la feminidad.
“La Sustancia fue como entrar en el ojo del huracán. Fue como lidiar con toda mi mierda, la mierda de mi madre, generaciones de trauma, Fue una pesadilla convertirme en ese fembot idílico y juvenil. Nadie se ve a sí misma así. La película no es precisamente una buena referencia de lo que significa la feminidad —de hecho, tiene muchas cosas bastante masculinas.”
Por suerte, dentro del caos, Margaret Qualley encontró una aliada no diremos inesperada, pero sí tremendamente valiosa: Demi Moore.
“Lo que sin duda me ayudó fue tener a Demi Moore. Es una persona muy especial. Es fuerte y sabia, pero también increíblemente sensible y permeable… Aprendí muchísimo de ella. Se ha convertido en una de mis amigas más queridas.”
Desde luego, cuando un papel implica un proceso casi catártico para su intérprete, se termina proyectando sobre su labor y sobre el resultado en pantalla, y el caso de Margaret Qualley y ‘La sustancia’ es uno de los mejores ejemplos recientes que podemos utilizar para demostrarlo.
