Jesús Utrilla – NV Noticias
Estudiantes de la Universidad Ceulver buscan avanzar con el proyecto Mantarraya.
Valeria Palacios Cruz, integrante del equipo que desarrolló el proyecto, señaló que podría convertirse en una herramienta para labores de rescate en situaciones de emergencia.
El dron tiene capacidad para cargar hasta 250 kilogramos y que está diseñado para intervenir en casos como ahogamientos, incendios o derrumbes.
Los alumnos no sólo buscan continuar con el desarrollo sino con el perfeccionamiento del prototipo.
El dron, que aún no puede ser clasificado como una aeronave por las restricciones normativas, fue ideado a partir de una clase de motores eléctricos. De ahí nació la inquietud por construir un vehículo aéreo no tripulado capaz de intervenir directamente en escenarios de emergencia. El equipo está compuesto por seis estudiantes y dos docentes, provenientes de carreras como Ingeniería Mecánica Automotriz, Electrónica y Mecatrónica.
“Fue un proceso que tomó años de aprendizaje en tecnologías de drones, pero este prototipo lo logramos construir en aproximadamente tres meses. El reto ahora está en reforzar temas como la seguridad del dron, agregar arneses de protección y cumplir con las normativas para su operación”.
El dron cuenta con seis motores, es despegado desde tierra, y su tamaño está pensado para transportar a una persona.
Hasta el momento no han recibido apoyo económico ni institucional por parte del gobierno. Todo el financiamiento es de la propia Universidad Ceulver, que también becó a algunos de los integrantes para que pudieran concluir su formación en Ingeniería Mecatrónica.
La expectativa del equipo es consolidar un proyecto para salvar vidas.
