Donald Trump y su equipo de seguridad aseguraron ayer que Estados Unidos no está en guerra contra Irán después de arrojar megabombas y misiles tipo crucero contra ese país en coordinación con Israel, y que no está buscando el cambio de régimen en esa nación, mientras un inusual coro de voces liberales y conservadoras acusan que fue una acción inconstitucional que podría llevar otra guerra estadunidense sin fin.
No estamos en guerra con Irán, estamos en guerra con el programa nuclear de Irán. No tenemos ningún interés en un conflicto prolongado. Ningún interés en tener botas sobre el terreno, aseguró el vicepresidente JD Vance en varios noticieros la mañana de ayer.
Agregó: empatizo con los estadunidenses que están agotados después de 25 años de enredos en Medio Oriente. Entiendo la preocupación, pero la diferencia ahora es que en ese entonces teníamos a presidentes tontos. Ahora tenemos un gobernante inteligente.
Más tarde, en un mensaje poco claro en su red social, Trump indicó que tal vez un cambio de régimen sería bienvenido si Teherán no se somete a las demandas de Washington, preguntando: ¿por qué no habría un cambio de régimen?
Pero no todos compartieron esta evaluación (no la de la capacidad mental del mandatario, sino del conflicto). En un mitin en Oklahoma, el senador Bernie Sanders caracterizó la nueva guerra de groseramente inconstitucional. Señaló que la única entidad que puede llevar a este país a una guerra es el Congreso de Estados Unidos. El presidente no tiene ese derecho, ante lo cual su público de miles corearon: no-más-guerras.
Fuente: La Jornada
