Edgard González Suárez
A ocho días de las elecciones municipales en nuestro estado, la violencia electoral entintada de sangre parece ser la nota distintiva en las campañas de estas elecciones. Después de los asesinatos de los candidatos de Morena en Coxquihui, en la sierra Papanteca y Texistepec en Acayucan, y actos violentos en otras tantas campañas. Por ejemplo, apenas el 20 de mayo pasado fue atacada la casa de campaña de la candidata de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Juan Rodríguez Clara. Cuatro días antes fue ultimado el aspirante a la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Oluta, también en la zona de Acayucan. De manera coincidente, 16 de mayo, fue asesinado a balazos el director de Obras Públicas del municipio Ixtaczoquitlán; y no podemos olvidar que en febrero pasado fue asesinado el secretario del ayuntamiento de Paso del Macho, quien era precandidato del Partido Verde a la presidencia municipal, además, parece que todo inició con el asesinato del diputado federal, Benito Aguas Atlahua, en funciones allá, en la sierra de Zongolica. Y, apenas este fin de semana pasado, un suceso violento fue protagonizado en un acto de campaña de la candidata del PT en Misantla, donde se asegura que su esposo recibió un impacto de bala.
El saldo, si se quiere, puede ser contabilizado como menor, respecto de las 212 presidencias municipales en disputa. Pero ello no evitó, sino que ocasionó que más de 100 aspirantes hayan solicitado seguridad y más de 400 han renunciado.
Después del dramático y angustioso crimen de Ximena y José muñoz en la ciudad de México. Todas las alertas y alarmas se encendieron en los comités de campaña. Aquí, en Veracruz, la Gobernadora, Rocío Nahle, tuvo que salir a enfrentar el asunto y ofrecer garantías tanto a los candidatos como a todo el proceso electoral.
“Algo” parece estar sucediendo en el enfrentamiento político en Veracruz.
No hay un solo factor que explique que es lo que esta sucediendo en las campañas de Veracruz, reconozco como más visibles tres:
- Las disputas regionales entre fuerzas económicas colocadas en distintos partidos políticos. Al cambiar la correlación de fuerzas y Morena haberse convertido en una aplanadora, varios representantes de sectores, ganaderos, agricultores, hoteleros, se refugiaron e hicieron alianzas con Morena, y de facto se convirtieron en el partido a vencer. Esto generó desplazamientos políticos en algunas regiones y el enfrentamiento no ha dudado en llegar a la sangre y a la muerte.
- El descontrol y rupturas dentro de las organizaciones criminales que tradicionalmente mantenían controladas las rutas de abastecimiento, movimientos por carreteras, mar y aire, y los debilitamientos generados desde que el Gobierno de Claudia Sheinbaum ha impulsado el abatimiento y detención de los capos regionales e incluso lo más visibles y generadores de violencia. Esto esta obligando a las organizaciones criminales a reagruparse y reconsolidarse en distintas áreas del territorio nacional.
- Y un tercer factor, que no debemos minimizar, a río revuelto…ganancia de pescadores, no es aventurado decir, que grupos políticos, familias y apellidos que tradicionalmente han controlado comunidades, localidades y municipios, hoy vean una ventana de oportunidad para cobrar viejas facturas, y sin importar la competencia electoral, vayan a saldar viejas cuentas e intentar desviar la atención hacia el crimen organizado.
Ante la inminente victoria de Morena en el estado, y para evitar más desaguisados, la Guardia Nacional y agentes federales han llegado al estado y ahora patrullan y montan retenes con el objetivo de contener posibles atentados de aquí al día de las elecciones.
No cabe duda de que morena arrasará en el estado, la Gobernadora está comprometida en garantizar elecciones libres, esperemos que así sea.
