Jesús Utrilla | NV Noticias
Con palmas en mano y espíritu devoto, decenas de fieles católicos se congregaron el domingo en la Catedral de Veracruz para participar en la celebración del Domingo de Ramos, rito con el que da inicio la Semana Santa en la tradición cristiana.
Desde antes de las 9:00 de la mañana, el obispo de la diócesis, Carlos Briseño Arch, encabezó la procesión que partió de la avenida Zamora, en una representación simbólica de la entrada de Jesús a Jerusalén. El recorrido continuó por la calle Independencia, donde numerosas familias, algunas acompañadas por niños y adultos mayores, avanzaron en un ambiente de fe, portando ramos de palma, ramitas de olivo y flores.
A lo largo del trayecto y en la ceremonia litúrgica que siguió en el interior del templo, se destacó el uso del color rojo en los ornamentos eclesiásticos, símbolo del martirio de Cristo. Como parte de la misa, se realizó la lectura de la Pasión, rememorando los momentos que llevaron a la crucifixión de Jesús, y recordando a los presentes que este tiempo litúrgico es un llamado a la conversión y a la esperanza en la redención.
En entrevista, el obispo Briseño Arch invitó a los fieles a vivir esta Semana Santa como un periodo de reflexión, aun cuando se trate también de días de descanso y esparcimiento. “Está bien que haya momentos de convivencia y descanso, pero también hay que aprovecharlos para meditar sobre los misterios que nos orientan como personas, que nos ayudan a sacar lo mejor de nosotros mismos y dejar atrás todo lo que nos aleja del bien”, expresó.
Como ya es tradición, en las inmediaciones de la Catedral, así como en diversas iglesias y parroquias de la zona conurbada, se instalaron decenas de vendedores de palmas tejidas, quienes desde el viernes ofrecieron sus productos a los creyentes para acompañar esta importante fecha religiosa.
